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Padua

Resumen

Entre pueblos, villas y castillos

Rodeada por las hermosas Colinas Euganeas, la provincia de Padua es una zona para explorar. Ciudad de arte y ciencia, la animada capital es una visita obligada para cualquiera que visite el Véneto. Parada obligatoria es la Capilla Scrovegni, un tesoro de algunos de los frescos más bellos de Italia. También merecen una visita la Basílica de San Antonio, el Palacio de la Ragione y el Palacio del Bo, que alberga el fascinante Teatro Anatómico y la silla de Galileo Galilei. No puedes irte de Padua sin pasear por la Piazza delle Erbe y Prato della Valle, una inmensa plaza rodeada de canales y una doble hilera de estatuas.

No lejos de la ciudad se encuentra el Parque Regional de las Colinas Euganeas, una zona de más de cien verdes colinas de origen volcánico.

El paisaje de Padua está salpicado de pueblos, como el medieval Arquà Petrarca, que acogió al poeta en los últimos años de su vida. Pero también villas y castillos, como la renacentista Villa dei Vescovi en Luvigliano di Torreglia, Villa Barbarigo en Valsanzibio y el Castillo de Catajo en Battaglia Terme.

No faltan ciudades amuralladas, como Monselice y Este con sus respectivas fortalezas. Pero sobre todo la Cittadella medieval, con sus murallas elípticas, y Montagnana, con nada menos que 24 torres de vigilancia.

Para descansar psicofísicamente, todo el mundo acude a las Termas Euganeas, uno de los balnearios termales más antiguos de Europa. Los centros de Abano Terme y Montegrotto se remontan al siglo VI a. C., como demuestran los hallazgos arqueológicos y las excavaciones, así como las propiedades beneficiosas y terapéuticas de sus aguas subterráneas los convierten en un popular destino turístico.

Padua
Padua, Italia
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