Qué ver en Venecia en dos días
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Tanto si se trata de una escapada romántica o de un fin de semana cultural, Venecia es un espectáculo único en el mundo. Te mostraremos los mejores itinerarios, las atracciones y los lugares imprescindibles de la ciudad para visitarla en 48 horas entre sus calles, sus típicas plazuelas (campielli), sus distritos (sestieri) y sus asombrosas maravillas turísticas y tradiciones de la Laguna.
DÍA 1 Los buenos días comienzan con el desayuno en la Plaza de San Marcos, el lugar más emblemático de Venecia, que domina la ciudad en todo su esplendor. Aquí no te pierdas la visita a la suntuosa y deslumbrante Basílica de San Marcos y al Palacio Ducal, obra maestra absoluta de la arquitectura gótica veneciana.
Continúa en dirección al distrito de San Polo, donde te espera el monumental Puente de Rialto, el más antiguo de la ciudad. Abre tus ojos y admira el impresionante panorama con vistas al Gran Canal. Si eres un amante de los mercados, te recomendamos que visites el Mercado de Rialto, donde respirarás el tradicional ambiente popular veneciano.
Tómate un descanso y disfruta de un almuerzo en un restaurante típico. Prueba los bigoli caseros (pasta fresca) o el hígado a la veneciana, dos recetas de la gastronomía local que merece la pena degustar. Tras una pausa para el café, te recomendamos un recorrido con la línea 1 del vaporetto que surca las aguas de todo el Gran Canal para admirar la verdadera belleza de Venecia, con sus antiguos palacios que sobresalen del agua y su arquitectura que la convierte en una ciudad única en el mundo.
Bájate en la parada de la Accademia y dedica una tarde a visitas culturales como las Galerías de la Academia, que albergan una gran colección de pinturas de arte veneciano y una extensa colección de esculturas y dibujos, entre ellos el Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci. Piérdete por las calles del distrito de Dorsoduro, el barrio que acoge buena parte de los centros universitarios y uno de los puntos de encuentro de jóvenes y estudiantes. Déjate sorprender por la maravilla de la Basílica de Santa Maria della Salute, de estilo barroco.
Es casi el atardecer y lo mejor que puedes hacer es dar un paseo en góndola. Disfrutarás mucho de la experiencia y Venecia te conquistará por su singularidad. Si bajas entre los distritos de Dorsoduro y Cannaregio, merece la pena parar en una de las tascas típicas de Venecia, que aquí se llaman bacari donde tomar una copa de vino o un spritz acompañados por típicos y deliciosos ‘cicchetti’, una versión local
de las tapas españolas. Venecia es la reina del aperitivo, la Happy Hour nació aquí mismo y seguro que no te decepcionará. Continua con una cena a base de platos típicos y vinos locales y recuerda que Cannaregio y San Polo son los distritos más poblados de bacari.
Lévantate temprano y explora la Laguna de Venecia, hoy te espera una excursión a Torcello, Burano y Murano. Para llegar a a las islas, toma la línea LN del vaporetto, parada Fondamenta Nuove o San Zaccaria.
La primera parada en Torcello, una isla de muy pocos habitantes donde el tiempo parece haberse detenido. Visita la Basílica de Santa Maria dell'Assunta con su campanario, desde cuya cima podrás disfrutar de una impresionante vista que llega hasta Burano. Atraviesa el Puente del Diablo sin pretil, que debe su nombre al Diablo, quien, según cuenta una leyenda lo construyó en una sola noche por cuestiones amorosas.
Vuelve a tomar la línea LN del vaporetto y en pocos minutos llegarás a Burano, la isla de los mil colores. Empieza con el almuerzo, eligiendo un restaurante de pescado y pide el risotto di gò, un pescado típico de la Laguna. Esta isla es famosa por sus encajes artesanales y por los colores vivos y brillantes que decoran las fachadas de las casas, que la convierten en un lugar animado y acogedor.
Una parada al Museo del Encaje, en la plaza Galuppi, y luego una visita la iglesia de San Martín Obispo (San Martino Vescovo), que alberga varias obras de artistas, entre ellas un cuadro de Giambattista Tiepolo. Recuerda que la vista más sugerente de los colores de Burano la puedes disfrutar desde el Puente de los tres Puentes (dei Tre Ponti).
Llega a la isla de Murano en vaporetto, y sin perder un solo instante ve a visitar el Museo del Vidrio. La isla es conocida en todo el mundo por la técnica artesanal del vidrio soplado, y si aún no has comprado ningún recuerdo, aún estás a tiempo para encontrar algo único. Entra en uno de los talleres o laboratorios que encuentres en el camino y pide poder ver en directo una demostración de soplado del vidrio dirigida por un artesano cristalero: un interesante despliegue de colores, testimonio de las tradiciones de la artesanía local. Visita las Basílicas de los Santos María y Donato y la de Santa Mará de los Ángeles (Santa Maria degli Angeli): sus magníficas geometrías te transmitirán energías positivas y vibraciones mágicas.
Si estás listo para seguir el plan, vuelve a Venecia y disfruta de uno de sus pequeños restaurantes para cenar antes de regresar.