Locorotondo

Como indica la propia palabra, Locorotondo tiene forma redonda. El tranquilo pueblo situado en una colina está formado por casitas blancas de mampostería con un techo puntiagudo y inclinado, las típicas «cummerse», que evocan la apariencia de un pueblo del norte de Europa. Dispuestas de forma circular alrededor del centro, las casitas están rodeadas por un famoso balcón, el llamado «paseo marítimo», cuyo nombre no debe engañarte porque estás en medio de las colinas. Pasear por las callejuelas de este pueblo galardonado con la Bandera Naranja por el Touring Club Italiano es una experiencia bucólica, repleta de continuos rincones dignos de una foto: balcones de hierro forjado con flores, cactus dispuestos en las esquinas, escaleras y puertas pintadas y ropa tendida al sol. Desde Via Nerdelli, por ejemplo, resulta increíble la vista sobre el valle y el pueblo. Además, a la hora del atardecer, el sol incendia el paisaje y la vista es inolvidable. La Escalinata de los Templarios también parte de Via Nardelli, atraviesa los viñedos y bordea las escarpas que rodean el pueblo. Entre las casitas del centro se encuentran el barroco Palazzo Morelli, la iglesia matriz de San Giorgio, la principal de la ciudad, con su fachada neoclásica. Además, encontrarás la Iglesia de Santa Maria la Greca, del siglo XV, que, en contraste con su simplicidad, presenta un intrincado rosetón moderno en la fachada.

Locorotondo también alberga el «trullo» más antiguo de la región, que data de 1509, pero lamentablemente no se puede visitar y solo es visible desde lejos.