Martina Franca

En el corazón del valle de Itria, Martina Franca es una ciudad animada famosa por su concentración de barroco, especialmente en el centro. En una preciosa ubicación con vistas al valle, se trata de un laberinto de callejuelas de piedra con ensanchamientos repentinos, iglesias barrocas y palacios con balcones floridos de hierro forjado. En verano es la sede del prestigioso festival de música lírica del valle de Itria.

La antesala del centro es el gran ensanchamiento de piedra de Piazza XX Settembre, el típico lugar de encuentro de los ancianos que se sientan a la sombra a charlar. Desde el magnífico palacio Ducal, se llega a ella pasando por debajo de la puerta barroca de Santo Stefano, también llamada de Sant'Antonio, que recuerda la milagrosa intervención de san Martín, quien, según la leyenda, ayudó a defender la ciudad de los mercenarios de la corona francesa. De ahí que el U'ring, en dialecto, o «Ringo», en italiano (Corso Vittorio Emanuele es el nombre oficial), sea la mejor forma de adentrarse en el centro, ya que es la calle a lo largo de la cual se concentran las principales atracciones. Entre los nobles palacios barrocos aparece un poco por sorpresa la basílica de San Martino, con su fachada adornada con retorcidos bucles rococó. No obstante, el lugar donde se aprecia el mayor ejemplo barroco de Martina Franca es la plaza en semicírculo de Maria Immacolata, donde se erige la basílica por el lado abierto. En el pórtico neoclásico antaño se colocaban los puestos del mercado. Durante el día se puede ver cómo brilla la piedra blanca, mientras que por la noche las luces que la iluminan ofrecen una visión inolvidable.