La ciudad de Monselice, con su posición estratégica para la defensa de la ciudad de Padua, ha absorbido estilos y culturas de diferentes pueblos y diferentes épocas: primero los romanos, luego los longobardos, los francos de Carlomagno, la familia Este, los Hohenstaufen y, por último, la República de Venecia.
Signos de estas culturas siguen presentes hoy en día, por ejemplo, en el castillo medieval, en cuya biblioteca se ha instalado el Antiquarium Longobardo.
TRADICIONES LOCALES
Los amantes de las fiestas populares tendrán la oportunidad de asistir al torneo "La Giostra della Rocca", cuyos orígenes se remontan a 1239, cuando Federico II de Hohenstaufen pasó por la ciudad y fue recibido con grandes festejos, que se repitieron en los años siguientes.
La carrera se celebra cada tercer domingo de septiembre: desfíles históricos por las calles de la ciudad, el torneo Quintana por la tarde y la ceremonia de entrega de premios.
El torneo consiste en una competición entre los nueve distritos de la ciudad: partidas de ajedrez, concursos de fuerza y habilidad como el tiro con arco, la carrera de piedras de molino y la carrera de relevos.
UNA RUTA DE SENDERISMO CARGADA DE HISTORIA
Los amantes del senderismo no deben perderse el sendero de Monte Ricco.
Tendido como un dragón dormido al oeste de la ciudad de Monselice, el Monte Ricco fascina por las leyendas que guarda y por su forma, modificada a lo largo del tiempo por la actividad minera de las canteras de traquita, hoy en desuso. Es una ruta de 5 km por bosques y claros, fácil y sin pendientes pronunciadas. No hay que perderse en el camino una parada en la sugerente terraza panorámica, donde la estatua de Hércules domina el paisaje, sosteniendo el globo terráqueo sobre sus fuertes hombros. Desde aquí, hay una maravillosa vista de la Rocca di Monselice al este, y más a lo lejos, los picos de los montes Cero y Castello di Baone, con el hermoso campanario de Calaone en el centro. El sendero de Monte Ricco es un signo visible del crecimiento industrial que experimentó la ciudad bajo el dominio de Venecia.
Durante esta fase histórica, la ciudad fue perdiendo su importancia militar, pero creció en otros ámbitos como la agricultura, la industria (canteras, hilanderías) y el comercio, favorecido por la navegación interior como medio de transporte cómodo.
La minería alcanzó su apogeo en el siglo XVIII. Un gran cargamento de traquita que salió de Monselice en 1722 se utilizó para pavimentar la plaza de San Marcos de Venecia.