Centro de la antigua cultura veneciana
Rodeada de majestuosos bastiones, Este ofreció refugio a artistas modernos como Byron y Shelley.
Su centro histórico fascina a los visitantes por su riqueza de testimonios arquitectónicos y artísticos, entre los que destacan el palacio gótico de los Scaligeri, la catedral de Santa Tecla, con su retablo de Giambattista Tiepolo, el Palazzo del Comune en la Piazza Maggiore y el Museo Nazionale Atestino, museo arqueológico de gran importancia en Italia, el jardín secreto de Villa Contarini y el parque de Villa Cornaro-Benvenuti, diseñado por Giuseppe Jappelli; son algunas de las bellezas custodiadas por las murallas de la ciudad.
La ciudad debe su nombre al río Adigio, que atravesaba la ciudad hasta el siglo VI, cuando, a raíz de la famosa "Rotta della Cucca" (589 d.C.), el curso del río cambió, desplazándose unos kilómetros más al sur. Los romanos se hicieron con ella pacíficamente, y los venecianos se unieron a ellos contra los galos, obteniendo el estatus de colonia romana.
Tras la caída del Imperio Romano, Este fue atacada por las tropas de Atila y fue devastada hasta el punto de quedar reducida a una mera aldea. Después del año 1000, la ciudad revivió con los señores d'Este, que obtuvieron el ducado en 1239 y eligieron Ferrara como capital.
Este fue ocupada dos veces por Ezzelino da Romano, que destruyó el castillo tanto en 1238 como en 1249, mientras que fue disputada en el siglo XVI por las familias Visconti, Carrara y Scaglieri, hasta que se rindió al dominio de Venecia.
En 1405, gracias a la dominación veneciana, comenzó para la ciudad un largo periodo de paz que dio lugar a un periodo de esplendor económico y crecimiento demográfico. Desgraciadamente, la llegada de la peste en 1630 puso fin a esta situación.
Con el cambio de administración propiciado por Napoleón y el desarrollo de la clase media, Este recobró un impulso positivo, que se desarrolló a través de iniciativas tan interesantes como la fundación del Museo Nacional Atesino y la apertura de escuelas públicas. Este periodo continuó después de 1866 con la anexión al Reino de Italia.