Localidad ubicada en la llanura, Foligno ofrece una variación significativa respecto al clásico pueblo de Umbría vinculado a las zonas de colinas. Surge antes del año 1000 junto a la decadente Fulginia, un pequeño centro urbano que había entrado en la esfera de influencia romana a principios del siglo III antes de Cristo. Entre los siglos XI y XII comienza la evolución urbanística, que conocerá su máxima expansión en torno a la mitad del siglo XIV. Ocupada por el ejército pontificio de Eugenio IV (1439), la ciudad dejará de tener una historia autónoma. El perímetro de Foligno, con su característica forma oval, tiene como centro la actual Piazza della Repubblica, con los principales edificios del poder civil y religioso, a los que se contrapone la trama de calles y plazas secundarias que conforman el tejido urbano, una especie de laberinto que se sitúa tras el telón de fondo lineal de los edificios de mayor porte. Entre la unificación de Italia y los años treinta del siglo XX se derriban por completo las puertas de la ciudad y parte del recinto amurallado. La actual Foligno se alza, erróneamente, como una ciudad sin connotaciones, en la que parece que el único rasgo peculiar es la modernidad que dificulta el reconocimiento del antiguo tejido histórico, trastocado por una transformación profunda de la arquitectura y de los usos de la misma, a la que contribuyeron de manera relevante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la localidad es un tesoro artístico: la obra renacentista de Perugino dejó su huella en el oratorio de la Nunziatella. Por su parte, el palacio Trinci conserva huellas del gótico de principios del siglo XV, mientras que el arte contemporáneo se ubica en el CIAC (Centro Italiano de Arte Contemporáneo). Otra muestra contemporánea es la iglesia de San Paolo, diseñada por Massimiliano Fuksas y Doriana Mandrelli Fuksas en 2009. Por su parte, la catedral, construida en el siglo XII, presenta un palimpsesto de intervenciones posteriores que han cambiado profundamente la configuración original. La fachada principal se rehízo a principios del siglo XX. El interior se remodeló con un enfoque neoclásico diseñado por Luigi Vanvitelli y Giuseppe Piermarini. El espacio más interesante es la capilla del Sacramento, del siglo XVI, de Antonio da Sangallo el Joven. Fuera de la localidad, a unos kilómetros al este, se puede visitar la abadía de Sassovivo. Encaramada en las laderas del monte Aguzzo y envuelta por un denso bosque de encinas, tiene su centro de interés en el hermoso claustro románico compuesto por 128 columnas dobles o en espiral.