Pequeño teatro Strehler: cuando el arte ilumina las noches
La historia del pequeño teatro Strehler de Milán comenzó al final de la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de crear un espacio artístico y teatral estable y abierto a todos, independientemente de la clase social y de la disponibilidad económica.
El pequeño teatro fue fundado en 1947 por el empresario teatral Paolo Grassi, su esposa Nina Vinchi y el legendario director y director artístico Giorgio Strehler.
Desde 1991 ha adquirido el título de Primer Teatro Permanente de Italia y Teatro Europeo.
Un teatro "dividido" en tres
El Piccolo, como lo llaman los milaneses, consta de tres salas: el Teatro Grassi, que es su sede histórica, en Vía Rovello, en el corazón de la ciudad, el teatro Studio Melato, que lleva el nombre de la inolvidable actriz, centrado en la experimentación y que alberga también la escuela de teatro Luca Ronconi, y la sede principal, el majestuoso teatro Strehler.
El recién llegado
El teatro Strehler abrió sus puertas en 1998.
Diseñado por Marco Zanuso, se encuentra en Largo Greppi, muy cerca del castillo Sforzesco y del parque Sempione. Una gran sala, que hoy es uno de los escenarios más importantes de Italia para el teatro de prosa, con un cartel que presenta a algunos de los autores, directores y actores más interesantes del mundo.
Grandes producciones y nombres inolvidables
Casa de Strehler, uno de los principales directores del teatro italiano del siglo XX, el pequeño teatro ha producido más de 400 obras a lo largo de los años.
Fue uno de los primeros en representar en Italia las obras de Bertold Brecht, así como en recuperar las queridas versiones modernas de William Shakespeare y Carlo Goldoni.
En los tres escenarios del Piccolo se alternan espectáculos de prosa y danza, así como festivales de cine, encuentros y publicaciones temáticas.
Un punto de referencia para los intelectuales italianos y extranjeros
¿Por qué el Piccolo tiene este nombre tan particular? Debido a las reducidas dimensiones de su primera sede, con un escenario de seis metros de profundidad por cinco metros y medio de ancho y unos 500 asientos.
No es el único motivo: también es un homenaje al teatro Malyj de Moscú, un histórico teatro ruso fundado en el siglo XIX, cuyo nombre significa "Pequeño", en contraposición al teatro moscovita Bolshoi, literalmente teatro grande.
Entre 2008 y 2009, el histórico recinto de vía Rovello se sometió a una renovación para que la sala fuese más funcional, con 488 plazas y el escenario.