Todo sobre San Ambrosio, patrón de Milán: lugares y símbolos de los festejos
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Sant Ambroeus, como se le llama cariñosamente en dialecto milanés, es de hecho un santo muy querido por los milaneses DOC.
Con motivo de esta fiesta, que cae justo en el puente de la Inmaculada, se respira una atmósfera especial en Milán, con sus actos culturales y solemnes ritos religiosos.
Vamos a seguir las huellas del santo, la historia y las tradiciones que lo tienen como protagonista, visitando los lugares y los símbolos de las celebraciones.
¿Por qué San Ambrosio es el patrón de Milán?
Venerado durante siglos por los milaneses, San Ambrosio nació, sin embargo, en Alemania, en Tréveris, en el año 340. Llegó a Milán en el 370 d.C. como gobernador de Anonaria (región italiana durante el Bajo Imperio Romano) en la provincia romana Emilia y Liguria, donde pronto se revelaron sus dotes de oratoria y diplomacia, poseyendo una sofisticada cultura clásica. Su mayor éxito fue resolver los desacuerdos entre arrianos y católicos, con tal habilidad que fue nombrado obispo por aclamación el 7 de diciembre del año 374, una fecha que pronto se convirtió oficialmente en la fiesta de San Ambrosio.
Doctor de la Iglesia y poseedor de una fuerte personalidad, se le atribuye también la construcción de numerosas basílicas, como San Nazaro, San Simpliciano, San Dionigi y la propia basílica de Sant'Ambrogio, todas ellas perlas del románico milanés, así como el nacimiento del rito litúrgico ambrosiano. La historia también le atribuye la conversión de San Agustín, que anteriormente profesaba la fe maniquea.
Fue el perfecto representante de una ciudad que siempre ha amado la cultura y que desde entonces lo venera como su patrón.
Leyendas, mitos y milagros relacionados con San Ambrosio, patrón de Milán
Una de las leyendas más conocidas relata que, mientras Ambrosio se ocupaba de calmar los ánimos en la disputa entre arrianos y católicos, un niño gritó: "¡Ambrosio obispo!", a quien seguiría una multitud que lo aclamaba.
En vida del santo, los sucesos milagrosos comenzaron ya en la infancia. De hecho, el mito cuenta que un enjambre de abejas se posó en la boca del pequeño Ambrosio no para picarle, sino para inyectarle la dulzura de la miel: una metáfora de su elocuencia. La historia arraigó entonces en el imaginario popular hasta el punto de que San Ambrosio se convirtió en el patrón de las abejas, los apicultores y los fabricantes de cera.
Al santo se le atribuye el milagro de la resurrección de Dionisio, un obispo amigo que estaba en el exilio. Durante el viaje para llevar los restos mortales a su tierra natal, el cortejo fúnebre se vio obligado a detenerse en Cassano d'Adda. En el momento en que Ambrosio se acercó al lugar, Dionisio resucitó dentro de su ataúd.
Los acontecimientos de la Corona de Hierro también se entrelazan con la vida de San Ambrosio. Se trata de la antigua corona utilizada para la coronación de numerosos soberanos, en majestuosos ritos celebrados a menudo en la Basílica de Sant'Ambrogio. Hoy la corona se conserva en la catedral de Monza, pero fue el propio San Ambrosio quien inició la creencia religiosa de que el aro metálico, de ahí el término "de hierro", se fabricó usando uno de los clavos de la crucifixión de Cristo.
Los lugares que no hay que perderse en Milán el día de San Ambrosio
Siguiendo los pasos del Santo en Milán, la primera meta de nuestro itinerario es sin duda la Basílica de San Ambrosio, que alberga sus restos en la cripta. Debéis admiradla primero por fuera llegando desde Via San Vittore: es una obra maestra absoluta de la arquitectura románica. Visitad la casa de los canónigos y el claustro, atribuido a Bramante, y luego entrad a la nave. Durante el 7 de diciembre se celebran varias misas, pero sólo la de las 10.30 horas la oficia el arzobispo.
Explorad el barrio en el que se encuentra la Basílica, uno de los más fascinantes de Milán, y luego dirigíos a la Piazza dei Mercanti. Recorred con la mirada la fachada del Palacio dei Giureconsulti, cuya torre central alberga un nicho del siglo XIX con la estatua de San Ambrosio, obra de Luigi Scorzini.
Al llegar a la Piazza Duomo, a los milaneses les gusta decir que Sant'Ambrogio ilumina la Navidad, y eso es exactamente lo que sucede: el 7 de diciembre, el imponente árbol de Navidad de la Piazza se ilumina, junto con el impresionante abeto situado en el octógono de la Galería Vittorio Emanuele II.
7 de diciembre: todo Milán está de fiesta, con cultura, convivencia y compras
San Ambrosio es principalmente una fiesta religiosa, pero la ciudad también celebra otros actos sociales y culturales. Todas las oficinas cierran y como el día siguiente, 8 de diciembre, es fiesta nacional, el calendario es propicio para planificar el puente de la Inmaculada. Muchos milaneses lo aprovechan para iniciar la temporada de esquí, dirigiéndose a estaciones de montaña como Madesimo, Pila y Bormio.
Pero las ideas para el puente de la Inmaculada no acaban aquí. Los que se quedan en la ciudad se unen a la multitud de turistas que llegan. El 7 de diciembre es la noche inaugural del Teatro alla Scala y la entrega de los premios Ambrogini a los ciudadanos destacados. En la Piazza Castello se inaugura el tradicional mercado Oh bej! Oh bej!, donde encontrar ideas para regalos y degustar los biscotes de Sant'Ambrogio, deliciosas galletas de mantequilla. Para acabar un día perfecto, es el momento de saborear la primera rebanada de panettone, el símbolo de Milán.