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Naturaleza
Parque Nacional del Pollino

Parque Nacional del Pollino: naturaleza por descubrir, adrenalina y pueblos históricos

Tipología
car route
Duración
3 días
Número de etapas
3
Dificultad
Fácil

Entre Basilicata y Calabria, el territorio del macizo del Pollino, remoto y fascinante, agreste y apacible a la vez, y los montes Orsomarso, forman un balcón de más de 192 000 hectáreas suspendido entre dos mares (Tirreno y Jónico) que coincide con el Parque Nacional del Pollino, la mayor zona protegida de Italia, donde prosperan la flora y la fauna. En medio de los áridos paisajes que la rodean, la vista de sus montañas cubiertas de bosques de robles y hayas, praderas y mesetas es un verdadero bálsamo para los ojos y el alma. La arcana belleza del lugar se resume en un árbol que crece encaramado en las crestas más inaccesibles, el pino de los Balcanes (símbolo del parque), una verdadera rareza botánica que solo se encuentra aquí y en los Balcanes. Al ser una zona que permaneció en total aislamiento durante siglos, a excepción de los pastores que se aventuraban hasta estas cumbres, conserva la riqueza humana de la comunidad que la habita, con cultos agrícolas, pastoriles y montañeses

.

Entre los valles impenetrables se encuentran hallazgos arqueológicos, desde fósiles marinos depositados antes de que el macizo emergiera de las aguas hasta yacimientos prehistóricos como la cueva Romito, pasando por las joyas arquitectónicas asombrosamente fascinantes de pueblos medievales como Civita y Morano Calabro. El Pollino es un territorio extenso y complejo y solo hay una forma de apreciarlo: visitándolo.

Parque Nacional del Pollino

Parque Nacional del Pollino

En el Parque Nacional del Pollino se distinguen claramente dos vertientes: la vertiente calabresa, abrupta y escarpada, que se inclina hacia el mar Tirreno, y la vertiente lucana, caracterizada por pendientes más suaves que se inclinan hacia el mar Jónico. La proximidad de los dos mares ofrece una gran riqueza de flora y numerosas especies endémicas, además de una variedad geológica y paisajística que va desde áridos ambientes mediterráneos a densos bosques, desde profundos cañones excavados por el río a mesetas que escenifican sublimes espectáculos naturales. Las floraciones de narcisos, orquídeas y lirios rojos son maravillosas, al igual que la peonía macho del monte Canata. También hay hayedos milenarios —el de Cozzo Ferriero está en la lista de «hayedos milenarios» reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO— y bosques de arces y encinas. Pero el símbolo del parque es el pino de los Balcanes («pino loricato» en italiano), una especie de versión reducida de los baobabs de la sabana, con una corteza que recuerda la armadura de los antiguos romanos con sus lorigas, y unas ramas en forma de bandera que soportan la fuerza del viento y le permiten sobrevivir a las grandes altitudes de los picos de la Serra Crispo y la Serra delle Ciavole. La fauna también incluye rarezas: 40 ejemplares de lobo, la presencia del gato montés, jabalíes y una población de corzos de Orsomarso, una de las poquísimas especies autóctonas italianas. Los ríos albergan nutrias, los cielos al águila real, mientras que a lo largo de carreteras y caminos es fácil cruzarse con zorros y erizos. En los bosques y pinares es probable toparse con ardillas, aunque mucho menos habitual es el lirón calabrés, un diminuto roedor que recuerda al lirón gris. Toda esta biodiversidad puede explorarse de distintas formas. Y el parque puede verse cada vez desde una perspectiva distinta. Hay paseos fáciles por la pradera o caminatas más exigentes, como la de la Serra delle Ciavole. Hay desfiladeros como el abismo de Bifurto, de más de 600 metros de profundidad, y cuevas antiguas como la cueva del Romito —un yacimiento prehistórico descubierto en 1961 a unos 14 km de Papasidero— donde se han encontrado artefactos y esqueletos de hasta 14 000 años de antigüedad. Resulta incomparablemente fascinante el grafito paleolítico de un bóvido ya extinguido (el uro) de proporciones perfectas tallado en un peñasco de más de dos metros de altura. Puedes practicar «rafting» en el desfiladero del río Lao o barranquismo y senderismo acuático en el cañón («jacca» en calabrés) excavado por el torrente Raganello (cerca de Civita). El curso de agua corta en dos el monte Pollino, creando un desfiladero de 400 metros con una pared vertiginosa que forma uno de los escenarios naturales más espectaculares de Italia. Para los intrépidos, se trata de una situación idílica, pero requiere bastante experiencia. Desciende el río a pie de forma segura por cascadas, pozas y toboganes naturales acompañado por guías. Las paredes del cañón se caracterizan por la presencia de salientes («banghe», en calabrés), capas de roca que surgen como consecuencia de la erosión y que, a modo de pasarelas naturales, se prestan a magníficas excursiones panorámicas (siempre acompañadas por guías expertos).

Parque Nacional del Pollino
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Más Información

Civita

Civita

El pueblo de Civita, Bandera Naranja del Touring Club Italiano (una marca de calidad turístico-ambiental), se cuenta entre los pueblos más bellos del Parque Nacional del Pollino, inmerso como está en un doble escenario estupendo modelado por la naturaleza: por un lado cuenta con preciosos paisajes mediterráneos y, por el otro, con un salvaje cañón. Ahora bien, si después de una gran dosis de naturaleza sientes la necesidad de un poco de cultura, dentro del pueblo puedes visitar el Museo Étnico Arbëresh, y descubrir la historia del pueblo de origen albanés (arbëreshë) que, a finales del siglo XVI, fue expulsado por la llegada de los árabes y se refugió en estas montañas. Aún hoy, en algunos pueblos, a menudo reconocibles por su nombre —como San Paolo Albanese y San Costantino Albanese en Lucania o Acquaformosa y Civita en Calabria— se habla el dialecto albanés y se conserva la tradición religiosa ortodoxa.

Morano Calabro

Morano Calabro

Con el Pollino como telón de fondo, Morano Calabro también figura entre los pueblos más bellos de Italia. También galardonado con la Bandera Naranja por el Touring Club Italiano, parece una colina de ensueño construida repleta de casas, con un laberinto interior de escaleras, callejuelas y calles serpenteantes excavadas en parte en la roca. Las casas se erigen muy juntas, como abrazándose, y forman una colina perfectamente cónica. En su territorio se han realizado interesantes hallazgos arqueológicos y sirve de base para numerosas excursiones. El majestuoso edificio del convento de la Magdalena del siglo XIII se distingue por los azulejos geométricos de mayólica que cubren la cúpula y el interior rico en arte con el valioso políptico de Vivarini.

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