En Santena, bajo el signo de la historia
Antes de ser el punto de partida de este itinerario, Santena es la ciudad de un personaje que ha marcado la historia de nuestro país: Camillo Benso conde de Cavour, el artífice de la Unificación de Italia (en 1861). Sumergirse en su vida, antes de subirse al sillín, es una experiencia que no puedes perderte. Solo tienes que planear una visita al castillo en el centro de la Fundación dedicada a él: una villa del siglo XVIII que perteneció a la familia Benso y que ha sido transformada en una casa-museo que relata el estilo de vida del estadista y de la clase dirigente de la época. Alrededor hay un hermoso jardín inglés con plátanos centenarios y varios edificios, entre los que se encuentra la tumba de Cavour, declarada monumento nacional en 1911. De la historia a la buena mesa: De hecho, Santena también es conocida por sus espárragos, una de las variedades más apreciadas por los chefs y los paladares más exigentes. Después de la debida degustación, puedes emprender la primera parte del camino: unos 35 kilómetros alrededor del cinturón de la ciudad hasta Sambuy, una pequeña pedanía de San Mauro Torinese. Disfrútalo, porque a partir de ahora las llanuras serán un recuerdo.
En Superga, bajo el signo del mito
Después de una valiente subida, siempre hay una vista de postal. Lo mismo ocurre ahora que la colina de Superga se alza frente a ti, para ser conquistada subiendo 5 kilómetros por una pendiente del 10 %, con picos que alcanzan el 15 %. Al llegar a la cima, podrías pensar rápidamente en el Grande Torino, el galardonado equipo de fútbol que viajaba en el avión que se estrelló en esta colina el 4 de mayo de 1949. Tras el debido homenaje en la lápida, no tengas prisa por volver a los pedales: visita la basílica con sus campanarios perfectamente simétricos y su maravillosa cúpula barroca, construida en 1731 según un diseño del arquitecto Filippo Juvarra. En este punto, asegúrate de que tu cantimplora está llena de agua y tus pulmones de oxígeno. Te espera la colina de la Maddalena, la más alta (715 metros) entre las que dominan Turín: una subida más corta que la anterior, pero que asciende por una estrecha carretera forestal con puntos a un 20 % de pendiente.
En Turín, bajo el signo de la cultura
Los atletas que participan en la decimocuarta etapa del Giro de Italia 2022, en la que se inspira este recorrido, recorren dos veces la parte central del mismo. ¿Te apetece imitarlos? Piénsalo bien. De hecho, el descenso desde la colina de la Maddalena no es precisamente un paseo. La carretera desciende hasta Valsalice, con algunos tramos entre viviendas, para luego ascender por una pendiente bastante pronunciada hasta el parque del Nobile, una extensión de robles y hayas en la que puedes hacer una pausa reparadora si es necesario. Te quedan otros 4 kilómetros de bajada, a menudo por calzadas estrechas, antes de llegar a Turín. Ahora sí que puedes recuperar el aliento. ¿Cómo? No hay escasez de lugares. Podrás pasear bajo los soportales y a lo largo de las avenidas, admirando la mezcla de arquitectura Art Nouveau, medieval y barroca de Turín. Déjate seducir por las momias del museo egipcio, el segundo más importante del mundo dedicado a la antigua civilización que se desarrolló a orillas del Nilo. Visita también el conjunto de los museos Reales, con el elegante palacio Real, la armería Real, la galería saboyana y el museo de Antigüedades. Por último, si te has dejado el corazón en Santena, no dejes de visitar el museo del Risorgimento, dentro del palacio Carignano, donde se proclamó la unificación de Italia.
Por la redacción de RCS Sport
