Casalbuono, donde nace el Tanagro
El viaje comienza en el nacimiento del Tanagro, en la localidad de Cozzo del Demanio, a 1336 metros de altura: en sus orígenes, el río es un tímido arroyo, también conocido como Calore. El primer pueblo que encontrarás es Casalbuono, una ciudad llena de ruinas de antiguos molinos y almazaras, testimonio de un pasado rural. El itinerario de Casalbuono te permite descubrir las orillas del río Tanagro a un ritmo lento, en plena armonía con la naturaleza: camina a lo largo de él, ascendiendo por la colina entre pequeñas cascadas y fuentes con abrevaderos. Siguiendo el trazado circular, vuelve al punto de partida. Si estás en el momento adecuado y tienes un poco de suerte, te encontrarás con setas silvestres y espárragos.
Durante la vuelta, aprovecha para degustar las delicias locales: desde los migliatiedd, rollos de entrañas de cordero a la brasa, hasta la pizza d grandinj, rústica a base de harina de maíz, uvas secas y «cigoli», la «minestra maritata» a base de «cotechino» y las variedades de pasta fresca: cavatielli, fusilli, matasse, lagane y n'filiinfant.
Sala Consilina, tras las huellas de la antigua vía Popilia
Se parte de Casalbuono. Siguiendo el curso del río, entra en el valle de Diano, cuenca a 400 metros de altura, rica en pueblos y maravillas naturales y artísticas, hasta el punto de formar parte con orgullo del parque nacional del Cilento, Valle de Diano y Alburnos.
Sigue el antiguo trazado de la vía Popilia, de época romana, que te lleva atrás en el tiempo. Primero en Padula, donde a la sombra de la fabulosa cartuja, tras recoger las aguas de numerosos arroyos, el Tanagro se convierte en río. Visita obligada al monasterio y al baptisterio paleocristiano de San Giovanni in Fonte, uno de los más antiguos de todo Occidente.
Continuando hacia el norte, llegarás a Sala Consilina, una localidad llena de espiritualidad. Visita los santuarios de San Michele y Sito Alto y haz una parada en el Museo Antiquarium municipal, que alberga varios hallazgos arqueológicos. Entre un pueblo y otro, el río se presta al barranquismo y al «rafting».
El día termina en la mesa, con las delicias de Sala Consilina: prueba los canistreddi y los nocchi, largas tiras de pasta entrelazada, sazonadas con ragú o carne de cerdo o con salsa simple y queso «pecorino» local. Para el postre, los «cavati» fritos, ñoquis de masa fermentada, fritos y espolvoreados con azúcar.
Pertosa, excursión por la localidad del Tanagro
Desde Sala Consilina se hace una parada en Polla, situada en la orilla izquierda del Tanagro: aquí el río fluye bajo puentes de época romana. Visita el ferrocarril, para admirar la locomotora de vapor de principios del siglo XX, y la fuente de la Madonna di Loreto. Volviendo a las alturas de la orilla derecha del Tanagro, dirígete a Pertosa, donde pasarás la noche. No obstante, antes te recomendamos que cenes una obra maestra local: la alcachofa blanca, excelente también cruda, con un chorrito de aceite.
Auletta, en las entrañas de la tierra
Recorre el sendero que desde Pertosa lleva a una grieta en la roca: es la entrada a las cuevas de Pertosa-Auletta. Navega a lo largo de una ruta de agua subterránea y prueba el espeleorafting.
Después de la emocionante experiencia, llega a Auletta: visita el Museo del Suolo, para descubrir los secretos de las entrañas de la tierra, y coge fuerzas con la pizza chiena, rústica y rellena de huevo, salami y queso «pecorino».
Buccino, entre la historia y el mito
Deja atrás el Tanagro y desde Auletta llega a Caggiano, un pueblo medieval con un pintoresco castillo. Sin embargo, nunca resulta tan pintoresco como el pueblo, ahora fantasma, de Romagnano al Monte, donde se llega después de 16 kilómetros de camino.
Por último, Buccino, cuyo patrimonio arqueológico abarca desde el Neolítico hasta la época romana tardía. Debes degustar el «migliacio praianese», a base de «ziti» y «bucatini», sémola, «sugna», huevos, «mozzarella» o «caciocavallo» fresco, «caciotta» o queso «pecorino», salchicha ahumada y un toque de canela.
Contursi Terme, del Tanagro al Sele
Has llegado a la última etapa. Desde Buccino, sigue las suaves curvas del Tanagro hasta Palomonte, un pintoresco pueblo cuyas cuevas llevan habitadas desde la prehistoria. Continúa hasta Contursi Terme y disfruta de las propiedades beneficiosas de sus aguas de manantial.
Aquí termina tu viaje y el del Tanagro, que se lanza al Sele y llega hasta el mar.