Troia

Bandera Naranja del Touring Club Italiano

El pueblo de Troia se encuentra en ese punto de la Capitanata donde el subapenino Dauno se desvanece en la inmensidad de la llanura del Tavoliere. En el pasado fue encrucijada de culturas y punto fronterizo entre el Sacro Imperio Romano de Oriente y el de Occidente; en la actualidad es uno de los centros del Camino de la Francígena del Sur y etapa de la Vía Micaélica.

La visita del centro histórico, de planta medieval, se realiza a pie, recorriendo la avenida Regina Margherita, que es la arteria principal, a la que se asoman numerosos edificios de gran valor y desde la que parten varias callejuelas laterales. No te puedes perder la catedral románica que data del siglo XI-XII: cuenta con un rosetón único en el mundo escoltado por 11 columnas que decoran la portada principal. Al lado se encuentra el Museo del Tesoro de la catedral, con 3 exultets, antiguos rollos de pergamino envueltos en una tabla de madera llamada «umbilicus», de los cuales solo existen 32 ejemplares en el mundo. El templo de San Basilio es la iglesia más antigua del pueblo y también es el centro de los eventos tradicionales, evocadores y muy concurridos de la Semana Santa, que se celebra con un denso calendario de actos que culmina con la procesión del Beso el día de Pascua.

Troia está rodeada por una tierra productora de vinos: el más típico es el DOC Nero di Troia, de color rojo rubí, un caldo que se sirve en las numerosas enotecas, bares, bodegas y restaurantes del pueblo. En 2004, la bodega cooperativa Decanto invirtió en el territorio y recuperó las variedades de uva autóctonas. Hoy produce botellas excelentes, como la Unus.