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Asís

Resumen

Hay lugares sagrados que son también lugares para el alma, a los que basta acercarse para desprenderse momentáneamente de los problemas terrenales y flotar en un estado de éxtasis. En Asís sucede a menudo y de manera especial. Aquí es donde San Francisco nació, vivió, fue bautizado, caminó por la naturaleza esplendorosa de sus valles, encontró refugio y meditó en soledad, escuchó la voz de Dios, se encontró con Clara, murió y dejó su aura. Encaramada en la ladera de la colina, con la llanura debajo y el monte Subasio trepando velozmente por lo alto, la mera visión de Asís a la luz rosada del atardecer basta para hacer que el alma de los peregrinos se eleve al cielo. Es en esta hora mística, cuando el ruido de los pasos de los visitantes se desvanece y la ciudad se ve envuelta en un silencio religioso, se puede sentir más íntimamente el verdadero espíritu de San Francisco de Asís.

Ciudad de la paz, ciudad eterna. En Asís, San Francisco dejó un legado humano y artístico de un valor inestimable. Su figura ha inspirado toda una cultura y a multitud de obras admiradas en todo el mundo. En honor a Francisco se construyó la basílica que, junto con la iglesia y el convento de Santa Clara, ha modificado significativamente la iconografía urbana. San Damián, la Porciúncula, la Ermita de las Cárceles: los lugares del santo han dado así forma a la ciudad, dentro y fuera de sus murallas. Pero sus orígenes se remontan a la época romana, cuando era un floreciente municipio. Para hablar de sus orígenes es necesario ir al corazón de la urbe y detenerse a palpar la armonía de los rincones escondidos, el silencio de los callejones y la preciosa intimidad de las iglesias menores. En la céntrica Piazza del Comune se encuentran el Palazzo dei Priori, el Palazzo del Capitano del Popolo del siglo XIII con la Torre Civica y el llamado templo de Minerva, testigo de los primeros siglos del Imperio. Desde aquí es fácil subir hacia la catedral y seguir la cuadrícula de la antigua ciudad romana marcada por la presencia del teatro y un pequeño anfiteatro. También desde la plaza podrás descender para visitar la iglesia de Santa Clara, que alberga el cuerpo de Chiara bajo el altar mayor. Desde la cercana Santa Maria Maggiore, antigua catedral románica, a lo largo de la via San Francesco, llegamos el encuentro con la maravillosa Basílica. En la iglesia situada en la parte inferior se respira la atmósfera mística de las bóvedas azules estrelladas, iluminadas por frescos de Cimabue, Giotto, Martini y Lorenzetti. La iglesia superior es de pronto una explosión de luz y colores, los del admirable ciclo de Giotto que representa la vida de Francisco. Asís es el destino de una peregrinación infinita que lleva por sus caminos a millones de fieles. Pero esto no altera el encanto de sus lugares.

Asís

06081 Assisi PG, Italia

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