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Erice

Resumen

Erice, ciudad de la diosa Venus

Entre las localidades sicilianas más encantadoras, Erice es como un nido de águila desde el que disfrutar de magníficas vistas de la costa de Trapani hasta el archipiélago de las Egadas.
Enclavada en un acantilado a 751 metros de altura, conserva en su curioso perímetro triangular no solo monumentos e iglesias medievales de gran valor, sino también un centro de arte contemporáneo y una prestigiosa institución científica.

Erice es una joya del arte y la cultura con una historia milenaria que merece ser visitada al menos una vez en la vida.

 

Un cofre del tesoro artístico y arqueológico

Los orígenes de Erice son muy antiguos. Se remontan a los Elimi, un pueblo de probable origen griego que, según la leyenda, descendería de los exiliados troyanos. Al margen del mito fundacional, Erice también era conocida por los romanos por un santuario construido en un escarpado acantilado dedicado al culto de la Afrodita griega y, más tarde, de la Venus Ericina romana, diosa de la fertilidad y el amor.

En la Edad Media, los normandos construyeron un señorío en el mismo territorio. Conocido hoy con un nombre que resume toda la historia del lugar, el castillo de Venus domina la fortaleza y vigila el territorio circundante.

La fortaleza es el punto más alto de Erice, te recomendamos elegirla como etapa inicial o final de tu ruta por el pueblo de Erice. Si sales desde la zona más alta, disfrutarás de las maravillosas vistas de la costa y de la encantadora Torretta Pepoli. A través del jardín del Balio, podrás acceder al elegante centro histórico medieval con adoquines de piedra que asemejan una alfombra y callejones muy estrechos, porque el espacio dentro de las murallas siempre ha sido escaso. No te puedes perder: la iglesia de San Juan Bautista con su cúpula redonda y un portal apuntado y algunas estatuas de los Gagini y el museo Antonino Cordici, instalado en el antiguo convento de San Francisco y dividido en varias secciones, fundamental para conocer la historia de Erice.

Siguiendo hacia la plaza Umberto encontramos el Centro para la cultura científica Ettore Majorana, en el antiguo monasterio de San Pedro, que cada año acoge simposios y congresos dedicados a diferentes disciplinas científicas.
Hacia Porta Trapani se abre la elegante Piazza Matrice, con la catedral del siglo XIV. Caracterizada en su portada por un rosetón y precedida por un pórtico almenado con aberturas de arcos apuntados, se presenta en todo su esplendor medieval. El interior, de estilo neogótico, fascina por su elegancia y los tesoros artísticos que allí se conservan. Cabe destacar las nueve cruces griegas de mármol en la pared sur colocadas en 1685 y procedentes del templo de Venus Ericina.

Más allá de la Porta del Carmine, a lo largo de via dell'Addolorata, llegamos al llamado Barrio Español, que no es un verdadero barrio, sino un edificio que debería haber albergado a las tropas españolas, pero quedó inacabado. Hoy en día es sede de exposiciones permanentes de carácter antropológico. Desde su terraza, las vistas te dejarán sin aliento.

«Trekking» en el monte Erice

La oferta del lugar es tal que te entrarán ganas de explorar la zona del monte Erice: para ello están los senderos del Agro ericino, varias rutas de «trekking» que parten principalmente de la llegada del funicular de Trapani para atravesar el bosque estatal o para descubrir las tres iglesias rupestres diseminadas por la montaña. Por encima de Erice, también hay una cabaña del CAI, que se puede usar como referencia para explorar el territorio y llegar hasta el monte Cofano y San Vito Lo Capo.

 

«Genovesi» y «frutta martorana»: descubre los dulces tradicionales

Si el paseo te abre el apetito, en Erice no faltan las pastelerías donde reponer fuerzas. La ciudad cuenta con una sólida tradición de dulces cuyas recetas habrían sido transmitidas por las monjas de clausura de Erice.
Las más típicas son la «genovese», un bocado de masa quebrada relleno de crema que se come caliente, los «mustazzoli», galletas aromáticas de pasta dura y crujiente, los «dolcetti da riposto», rellenos de conserva de cidra y decorados con glaseado de colores pastel, los bocados de almendras, los «quaresmali» y la «frutta martorana».
Las pastelerías más famosas son las de Maria Grammatico, que también organiza cursos de cocina, y la San Carlo, ambas en el centro histórico. Los dulces combinan a la perfección con una copa de Marsala dulce de los viñedos cultivados justo debajo del monte Erice.

Erice

91016 Erice TP, Italia

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