De Milazzo a Bagheria: en bicicleta por la costa norte de Sicilia
3 minutos
Con sus curvas a través del maquis mediterráneo y sus subidas y bajadas panorámicas, la carretera que recorre la costa norte de la isla (conocida como Settentrionale Sicula) es la ruta perfecta para que los ciclistas afronten esta etapa del Giro di Sicilia. Son 199 kilómetros en total sin grandes dificultades, para deleite de los velocistas que lo recorren todo de un tirón.
Sin embargo, para los aficionados a la bicicleta, la ruta de la que hablamos en este artículo es una invitación a bajar el ritmo, a disfrutar de la exuberante naturaleza y de las importantes huellas históricas. Pero, ten cuidado, no te distraigas demasiado con las vistas: estás en una carretera estatal (número 113), así que mantén la vista en la carretera y, si estás con otras personas, avanza en fila india.
Milazzo, entre la historia y la ciencia
El itinerario comienza en Milazzo, en el extremo noroeste de la isla, famoso por su puerto desde el que los ferris llevan a los turistas a las Islas Eolias. Sin embargo, esta ciudad es algo más que un punto de partida. El castillo, por ejemplo, es una visita obligada. Se encuentra en el territorio de Capo, el brazo de tierra que se adentra impertinentemente en el mar, casi tocando el archipiélago de las Eolias.
Fue aquí, durante la dominación de Suabia, en el siglo XIII, donde Federico II construyó uno de sus señoríos, posteriormente remodelado por los soberanos aragoneses y los virreyes españoles, que lo ampliaron hasta convertirlo en la mayor ciudadela fortificada de Sicilia.
Dentro de sus poderosos muros, hay una joya que no te puedes perder: hablamos del MuMa, el Museo del Mare, que cuenta con una colección de vídeos, instalaciones multimedia y obras de arte dedicadas a la relación entre el hombre y el medio marítimo.
Tindari, entre la leyenda y los restos antiguos
Después de 30 kilómetros llegarás al único punto difícil de la ruta: la subida a Tindari, fundada en la antigua ciudad griega de Tyndaris, situada a más de 260 metros sobre el nivel del mar. Es una pendiente casi al alcance de todos, con un premio final: además de la maravillosa vista, en la cima del promontorio se encuentra la Basílica Santuario Maria Santissima del Tindari, que alberga una estatua bizantina de la Virgen Negra.
Según la leyenda, formaba parte de la carga de un barco que regresaba de Oriente, que tuvo que refugiarse en la bahía de abajo a causa de una tormenta y solo consiguió volver a partir tras abandonar el cofre que contenía la preciosa escultura. A pocos kilómetros, y siempre en la ruta, hay otra joya: el municipio de Patti, famoso por su producción de cerámica y por la entrada a la zona arqueológica.
Continuando por la Costa Saracena, a través de curvas cerradas suspendidas sobre terrazas panorámicas, después de unos 60 kilómetros se llega a Capo D'Orlando, la antigua Agatirso, uno de los emporios más importantes del Mediterráneo durante muchos siglos.
Bagheria, en el corazón del Barroco
El recorrido de esta etapa del Giro di Sicilia continúa por la Settentrionale Sicula, para encontrarse con la ciudad normanda de Cefalú, en el límite del Parco delle Madonie. Uno de los pueblos más bellos de Italia, con un centro histórico dominado por el Duomo, una obra maestra de la arquitectura árabe-normanda, declarado Patrimonio de la Humanidad en el 2015 junto con "Palermo árabe-normanda" y la Catedral de Monreale.
Hay algo más que te invita a detenerte: la playa urbana, apretada entre las casas típicas del pueblo y un mar caribeño. Un refrescante chapuzón es la mejor manera de afrontar el tramo de Termini Imerese después de unos 30 kilómetros y la ligera subida (con una pendiente media del 1,5 %) en la parte final del recorrido. A 3 kilómetros de la meta, la ruta deja la carretera estatal y entra en Bagheria, una pequeña joya barroca, conocida por sus villas, casi todas del siglo XVIII.
¿Cuál elegir? El más antiguo es el Palacio Butera, construido en 1658. La más famosa: Villa Palagonia, también conocida como la "Villa de los Monstruos", por sus numerosas estatuas de criaturas deformes. En 1787 fue visitada por Johann Wolfgang von Goethe, mientras que en el 2009 fue el escenario de la película Baarìa, de Giuseppe Tornatore.
Editado por la redacción de RCS Sport