El Valle de los Templos de Agrigento, una maravilla arqueológica en un entorno de ensueño
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El Valle de los Templos, uno de los mayores yacimientos arqueológicos del mundo, se encuentra en la cresta rocosa que bordea la meseta en la que asentaba la antigua Akragas al sur. Declarado Patrimonio de la Humanidad UNESCO, es uno de los más maravillosos testimonios del mundo antiguo en suelo italiano, junto con Pompeya y Herculano.¿Aún no lo has visitado? ¡Es momento de hacerlo!
Qué es y dónde se encuentra el Valle de los Templos
Situado en una meseta cerca del mar y del centro histórico de Agrigento, el Valle de los Templos es mundialmente conocido por sus imponentes templos dóricos, un testimonio significativo de cultura y arte griego. Los templos griegos, símbolos de la ciudad de Agrigento durante siglos, son universalmente reconocidos como el testimonio más fascinante y majestuoso que la Magna Grecia legó a Sicilia y a toda Italia.
Dos ejemplos sobresalientes: el templo de los Dioscuros y el de Heracles.
Historia e información sobre el Valle de los Templos
La historia del Valle de los Templos comenzó en el siglo VI a. C. con la fundación de la antigua colonia de Akragas. La ciudad alcanzó su máximo esplendor en el siglo V a. C., convirtiéndose en una de las colonias griegas más importantes de Sicilia gracias al tirano Teron y a la victoria sobre los cartagineses en la batalla de Himera en el 480 a. C. Durante este periodo se construyeron los templos que admiramos hoy. Cartago se vengó en el 406 a. C., conquistando la ciudad de Akragas, que no volvió a brillar hasta 2 siglos después, cuando la conquistaron los romanos cambiando el nombre a Agrigentum.
Por qué el Valle de los Templos se convirtió en patrimonio UNESCO
El parque arqueológico de Agrigento alberga los templos griegos más solemnes y mejor conservados de Sicilia, un testimonio de cómo la antigua Akragas fue una gran ciudad de la Magna Grecia.
La UNESCO reconoció el complejo de templos dóricos como uno de los principales ejemplos del arte y cultura griegos, incluyéndolo como Patrimonio de la Humanidad en 1997 también por el estado excepcionalmente intacto en el que lo admiramos milenios después.
Qué ver en el Valle de los Templos
El Valle de los Templos abarca 1300 hectáreas en una zona a pocos pasos de Agrigento. No se ha desenterrado todo el trazado urbano, oculto bajo los campos y olivares que rodean esta zona, pero no temas: las obras maestras que contemplarás mientras paseas por el valle te provocarán emociones únicas como fue a finales del siglo XVIII, cuando se redescubrió tras siglos de abandono.
Comienza la visita al Valle de los Templos desde la cima de la Rupe Atenea, disfrutarás de una vista única del conjunto arqueológico y apreciarás lo que queda del Templo de Deméter, incorporado a la iglesia medieval de San Biagio. Bajando por la Via Panoramica dei Templi se llega al Templo de Juno del 450 a. C. del que se conservan 30 columnas de más de 6 metros de altura, 16 de ellas con capiteles.
El Templo de la Concordia es el templo dórico mejor conservado del mundo junto con el Partenón y te espera a lo largo de la Vía Sacra. El nombre procede de una inscripción latina encontrada en las inmediaciones del templo, pero aún no hay certeza sobre el dios al que estaba dedicado. El excelente estado de conservación de sus 78 columnas, su imponente frontón y su tímpano se debe al obispo Gregorio, que decidió convertirla en iglesia cristiana en el siglo VI d. C., librándola del saqueo que sufrían otras estructuras del lugar.
El templo de Heracles es el más antiguo de los templos de Agrigento, de finales del siglo VI a. C. y mencionado por Cicerón en la IV Verrina. De las 38 columnas originales solo se conservan 9, reconstruidas en el siglo XX juntando, elemento a elemento, las piezas originales encontradas en la zona. Justo debajo, se puede ver la Tumba de Teron, monumento funerario de la época romana atribuido erróneamente al antiguo tirano de Akragas.
El Templo de Zeus, uno de los más grandes del mundo griego, se presenta a los visitantes con sus imponentes cimientos y un altar monumental que dan una idea parcial de su tamaño. Con 30 metros de altura y más de 100 metros de longitud, se construyó para celebrar la victoria en la batalla de Himera en el año 480 a. C. Entre sus columnas se encontraban los 38 telamones, gigantescas estatuas de 8 metros de altura, un ejemplo de las cuales se encuentra junto a las ruinas. No es el original, que está conservado en el Museo Arqueológico Regional Pietro Griffo de Agrigento.
Entre los últimos edificios del Valle de los Templos se encuentra el símbolo de la ciudad de Agrigento, el templo de los Dioscuros, cuatro columnas que sostienen un borde del entablamento y que son el resultado de una reconstrucción del siglo XIX, realizada con piezas de diferentes épocas encontradas en la zona.