Resumen
Es el parque público más antiguo de Milán, inaugurado en 1786 a instancias de la administración de los Habsburgo que decidió limpiar un área deprimida de Porta Venezia confiando el diseño al arquitecto Giuseppe Piermarini. El diseño, en el estilo del “jardín a la francesa” y anticipándose a la ráfaga de renovación urbanística que en poco tiempo habría afectado a las mayores capitales europeas, preveía parterres geométricos, amplias avenidas arboladas, áreas equipadas para el ocio y para los ejercicios gimnásticos, incluso un vasto espacio dedicado al “juego del balón”.
Desde entonces, poco o nada ha cambiado dentro del parque histórico, una joya de 172.000 metros cuadrados entre las calles Manin, Palestro y Corso Venezia. En 2002 fue nombrado en memoria del periodista y ensayista Indro Montanelli, que entre estas avenidas le gustaba pasear y pasar su tiempo libre.
Siguiendo sus pasos, podrá practicar jogging con toda tranquilidad, pedalear sin rumbo o simplemente disfrutar de un aperitivo a orillas del estanque, admirando tal vez árboles de enormes dimensiones como cipreses, plátanos centenarios o una espléndida metasequoia. No puede faltar una visita al Museo Cívico de Historia Natural y al Planetario Ulrico Hoepli, ambos situados en el perímetro del parque.