Globo aerostático, el velero de los cielos
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De los muchos medios que tiene la humanidad para surcar los cielos, el globo aerostático es sin duda el más romántico y "lento", y sobre todo al alcance de todos. De los muchos medios que tiene la humanidad para surcar los cielos, el globo aerostático es sin duda el más romántico y "lento", y sobre todo al alcance de todos. Los más miedosos pueden aprovechar las estaciones para el despegue con anclaje a tierra, seguros que después de elevarse en el aire, volverán con los pies en el suelo exactamente en el punto donde partieron. Pero el secreto de volar en globo es dejarse mecer y llevar por las corrientes, a merced del viento, con la sensación de flotar más ligeros que el propio aire. Una travesía que -según los vientos- puede dirigir el globo en cualquier dirección, como un velero que surca las corrientes de aire. La altura de vuelo varía según el piloto maneje el característico quemador de gas situado en el centro del globo. Ningún temor: al no poder prever la zona de aterrizaje, la asistencia desde tierra se hace imprescindible: el equipo de rescate siempre estará pendiente y listo para recogerte cuando la cesta del globo aterrice.
Lombardía, espejos de agua en la naturaleza
Elevarse flotando en el cielo cerca de Milán - en la región de los lagos - es una experiencia emocionante que ofrece una vista única y una sensación de libertad, que merece absolutamente la pena probar. Se necesitan 3 horas para proceder al aparataje entre el hinchado, el vuelo en el globo aerostático, la recuperación de la aeronave tras el aterrizaje, el embalaje del globo y el regreso al punto de encuentro.
Valle de Aosta, en los Alpes en un soplo
En el Valle de Aosta, la pasión por los vuelos en globo se transmite de padres a hijos y llena de colores el cielo de esta región. “Pasearse” suspendido a más de 2000 metros, en la corte de las montañas más altas de Europa, es una experiencia que ofrece una vista impagable y una emoción inolvidable.
Las Marcas, un rompecabezas de emociones
San Ginesio, Offida, Recanati, los Montes Sibillini, Ancona: estos son sólo algunos de los lugares en los que puedes experimentar el vuelo en globo en la región de Las Marcas. Cuando hayas alcanzado la altitud de crucero, flotarás sobre una sucesión de colinas y pueblos, vías fluviales y parques naturales, costas rocosas e inmensas playas.
Emilia-Romaña: en el corazón de la provincia de Reggio
Surcar los cielos para descubrir los paisajes de los Apeninos de Reggio Emilia. Se sale al amanecer para elevarse sobre la campiña Emiliana, mientras la noche se escapa, a los primeros rayos de sol. Praderas, arroyos y antiguos cortijos rodeados de vegetación, con las montañas definiendo parte del horizonte.
Lacio, a la conquista de Roma
Se sale cerca de Magliano Sabina, donde se alza una zona arqueológica con restos de edificios y anfiteatros que se remontan a la antigua Roma. La dirección es hacia la capital, sus colinas, su perfil único, siguiendo desde lo alto de un globo el curso del Tíber en la campiña romana, fluyendo hacia la ciudad.
Sicilia, a solas con el Etna
Es el volcán más alto y activo de Europa. Para una visita “a la altura” del Etna un globo aerostático es la solución adecuada. Hay varios puntos de despegue situados en sus laderas, pero desde cualquier lugar que decidas despegar hacia uno de los símbolos de Sicilia, el espectáculo que podrás ver pasar debajo de ti, o más bien a tu alrededor no te decepcionará.