Recanati, la Ciudad del Infinito
Recanati es la ciudad natal del mayor poeta italiano del siglo XIX, Giacomo Leopardi.
Aquí todo habla de él y de su inspiración poética: el palacio donde nació que conserva sus "cartas sudadas", la casa de Silvia, la colina de L'Infinito.
Las espléndidas vistas del campo, la elegancia del pueblo y las notables obras de arte que allí se conservan hacen de Recanati una parada imprescindible en cualquier viaje a la región de Las Marcas. Está a dos pasos del mar de Porto Recanati y de la Riviera del Conero.
En el pueblo del poeta Giacomo Leopardi
El "pueblo salvaje nativo" de Leopardi (1798-1837) te encantará por su posición favorable en una colina muy pintoresca, pero también te asombrarán sus hermosos palacios y el bonito paseo a lo largo de las murallas, por el que podrás pasear mientras disfrutas de las vistas del mar.
La visita a la casa natal de Leopardi, un palacio aún habitado por sus descendientes, es muy interesante: se pueden ver las habitaciones donde creció, la elegante biblioteca con raros volúmenes de su "loco y desesperado estudio", su habitación con vistas a la más modesta casa de Silvia, la joven hija de su cochero de la que estaba enamorado.
En el pueblo se encuentra el lugar que inspiró al poeta su poema más conocido, L'Infinito: es el huerto del monasterio de Santo Stefano, en lo alto de una colina a pocos pasos de la casa de Leopardi, reabierto al público en 2019 gracias al FAI (Fondo Ambiental Italiano). También encontrarás la plaza de Il sabato del villaggio y la torre de Il passero solitario, la de Sant'Agostino.
A Leopardi se le atribuye la presencia en Recanati del Centro Mundial de la Poesía, instalado en el convento de Santo Stefano, y del Centro de Studios Leopardianos, creado en 1937 para estimular la investigación y la reflexión en torno a la obra del poeta, celebrándose el 21 de marzo el Día Mundial de la Poesía, y en junio un festival dedicado a él.
En Recanati también merece la pena ver la Catedral de San Flaviano, el museo cívico de Villa Colloredo Mels, una galería de arte que expone cuatro importantes obras de Lorenzo Lotto, y el Museo de la Emigración de las Marcas, que documenta, con historias y testimonios, la diáspora de los 700.000 emigrantes que abandonaron la región en busca de fortuna.
Otro ciudadano ilustre de Recanati fue Beniamino Gigli, uno de los tenores de ópera más aclamados del siglo XX. En el Teatro Persiani, dentro de la Sala dei Trenta, a la altura de la tercera grada de palcos, se ha reconstruido el camerino en su memoria, y en el Museo Beniamino Gigli se conservan trajes de escena.
Porto Recanati
Tan acogedor es el ambiente de Recanati, como animado y alegre es el de Porto Recanati en la costa.
Durante el día, amplias playas de fina grava, en su mayoría privadas, ofrecen todo tipo de servicios: hay una cerca del pueblo y otra más apartada, la Pineta, que linda con la vegetación.
Por la noche, Porto Recanati cobra vida en los alrededores del castillo suabo (en realidad del siglo XV), que acoge conciertos y espectáculos nocturnos en el patio que lleva el nombre de Beniamino Gigli.
Se puede subir a la torre del castillo para contemplar el panorama de la costa: sus salas albergan una pinacoteca con una importante colección de pinturas del siglo XVII (de Luca Giordano a Rosso Fiorentino) y un núcleo de pintores macchiaioli o manchistas (de Giovanni Fattori a Silvestro Lega). También se exponen algunos hallazgos arqueológicos procedentes de las excavaciones de la antigua Potentia, la colonia romana fundada en el año 184 a.C. en la aldea de Santa María, donde se pueden ver los restos de una domus romana con suelo de mosaico y paredes pintadas al fresco.