5 Parques Nacionales del Sur de Italia, una combinación entre historia y naturaleza
5 minutos
Unas vacaciones activas y desintoxicantes en nombre de la naturaleza y la ecosostenibilidad: entre la naturaleza, la historia y el mar, estos cinco parques del sur de Italia invitan a sumergirse en la belleza más auténtica, tan al alcance que no podrás prescindir de ella.
Parco Nacional del Gargano
Entre pueblos blancos e islas verde
Un parque inundado de sol y de mar caracteriza el espolón de Italia, un promontorio cubierto por los bosques de hayas y pinos de la Foresta Umbra y numerosos lagos costeros, bordeado por calas de arena fina perfumadas de naranjos, almendros y olivos. Entre medias los característicos pueblos blancos como Vieste, Peschici y Monte Sant'Angelo, engastado por el Santuario de San Michele Arcangelo y los hayedos milenarios de la Foresta Umbra, ambos declarados Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, mientras en San Giovanni Rotondo se pueden encontrar las reliquias y los restos mortales de San Padre Pío.
Al norte, el archipiélago de las Islas Tremiti, reserva natural marina con las islas de San Domino, San Nicola y Caprara y los islotes de Cretaccio y Pianosa, los fondos marinos muy ricos en biodiversidad y noches impregnadas del característico "canto de las Diomedeidae”, aves marinas cuyo canto nocturno se asemeja al llanto de los bebés: cuenta la leyenda que los compañeros del héroe homérico Diomedes, fundador de las islas, convertidos en aquellas aves que aún lloran la muerte del héroe. Este parque cuenta con muchos itinerarios, algunos de ellos temáticos, dedicados a los amantes del senderismo o rutas para ir descubriendo, en bicicleta o a caballo, las fincas típicas de la región llamadas masserie, trabucchi -antigua máquinas de pesca típica de las costas-, torres, ermitas, molinos de aceite y orquídeas en flor.
Parque Nacional del Vesubio
El encanto de los volcanes
Ya sea por su interés naturalista como por su rico patrimonio histórico y arqueológico, el Parque Nacional del Vesubio ofrece un amplio abanico de experiencias a los amantes de la naturaleza. Once rutas componen la red oficial de senderos, que ascienden hasta el Gran Cono del imponente volcán entre formaciones geológicas e impresionantes paisajes, y conducen al visitante al descubrimiento de sorprendentes hallazgos y yacimientos arqueológicos, como las villas rústicas romanas, las antiguas granjas y las villas-finca, que representaban el corazón productivo de los suburbios pompeyanos. De hecho, estamos a pocos kilómetros de las impresionantes zonas arqueológicas de Pompeya, Herculano y Torre Annunziata, lugar Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO.
Piérdete en el sorprendente paisaje del Valle del Infierno, emociónate paseando por el Río de Lava o déjate sorprender visitando el Museo Ferroviario di Pietrarsa, en Portici; este Parque Nacional situado en las afueras de Nápoles te recompensará con un viaje sensorial único y envolvente.
Parque Nacional del Pollino
La naturaleza en su máxima expresión
A caballo entre las dos regiones, el Parque, en el que destacan algunos de los picos más altos del sur de Italia y que permanecen cubiertos de nieve hasta el final de la primavera, combina un pintoresco paisaje de rocas dolomíticas, gargantas, barrancos y cuevas kársticas con praderas y verdes pastos a gran altura, surcado por numerosos ríos que también permiten disfrutar de experiencias adrenalínicas con el rafting.
Incluido en 2015 en la Red Mundial de Geoparques de la UNESCO, cuyo objetivo es la conservación y valorización de territorios caracterizados por un patrimonio geológico particular y la presencia de una estrategia de desarrollo sostenible, el Parque del Pollino es todo para ser explorado, a pie y en bicicleta.
Dos grupos distintos de senderos, uno en el lado lucano y otro en el calabrés, serpentean a través de grandes extensiones de hierbas medicinales con mil propiedades, bosques de pinos loricados, el símbolo del parque, y hayas con formas particulares, como el grupo de los llamados "árboles serpiente", donde es posible avistar águilas reales, halcones, lobos, corzos y pájaros carpinteros negros, una especie rara que caracteriza estos lugares, así como el búho real. Para finalizar merece la pena visitar los numerosos santuarios y antiguos castillos, engarzados escénicamente en los espolones rocosos.
Parque Nacional de la Sila
Turismo familiar y accesible
Cubierto casi en su totalidad por espesos bosques de alerce calabrés y pino negro, el Parque de la Sila, con su suave meseta y sus itinerarios temáticos, invita a una experiencia lenta y a un movimiento pausado, a pie, en bicicleta de montaña o a caballo. Desde los "tratturi", anchos senderos herbosos de los bandoleros, a los senderos del ferrocarril en desuso, a los de corzos, son muchas las oportunidades que el Parque ofrece a los amantes de las actividades al aire libre como la orientación, la observación de aves y biológica, el piragüismo y la navegación en barco de vela -en los tres lagos del Parque-, las visitas a reservas naturales bioenergéticas como los centenarios "Gigantes de la Sila" de Fallistro o al jardín de la biodiversidad "Arboreto del Parco". Por eso también es apto para los niños, que pueden divertirse y disfrutar en el histórico tren de vapor y en los parques de aventura suspendidos entre los árboles.
Mucha atención se reserva a los servicios para personas con movilidad reducida o con discapacidad, con la disponibilidad de sillas de ruedas para senderismo Joëlette y señales braille y táctiles para invidentes. También cuenta con interesantes itinerarios histórico-religiosos, como el que sigue las huellas del monje andante medieval Gioacchino da Fiore entre su casa natal en Celico y las ermitas construidas en la naturaleza, o siguiendo los pasos de los legendarios bandoleros con espectáculos itinerantes en los bosques, organizados por el Parque Literario Tommaso Campanella, y en los pequeños centros históricos donde se conservan antiguas tradiciones.
Parque Nacional del Archipiélago de La Magdalena
El irresistible encanto del mar
El Parque de la Magdalena formado por 62 islas e islotes y 180 kilómetros de costa en los que el agua y la tierra se funden para crear vistas evocadoras y algunas de las playas más bellas y famosas del Mediterráneo, se caracteriza por sus sugerentes playas y calas, aguas cristalinas, rocas de granito y matorrales mediterráneos que perfuman huelen a mirto, enebro y lentisco. Una visita del archipiélago sólo puede empezar desde su isla madre, La Magdalena, puerta de acceso al Parque y único núcleo habitado - además de la aldea de Stagnali, en Caprera-, que cuenta con un hermoso centro histórico con grandes plazas y callejones que conducen al casco antiguo, mientras que Caprera, a la que está unida por un sugestivo puente, ofrece una red de senderos sumergidos en la vegetación que se ramifican desde las antiguas fortificaciones militares hasta el Museo Nacional "Memoriale Giuseppe Garibaldi" y el complejo de su casa-museo del héroe de dos mundos, que acoge sus reliquias y su tumba y que custodia muebles, reliquias y objetos personales.
Desde la encantadora belleza de Cala Coticcio, en Caprera, hasta las grandes rocas de granito que se funden con la arena blanca y el agua esmeralda de las calas de Spargi, pasando por la espléndida playa Rosa de Budelli, cuyo arenal de color coral está totalmente protegido para garantizar su conservación. El Parque de la Magdalena es un paraíso para los amantes de la naturaleza, del mar y del buceo. A estos últimos, recomendamos los recorridos arqueológicos submarinos donde es posible ver ballenas, delfines, cachalotes y tortugas marinas.
Por último, cabe destacar el “Centro Velico di Caprera”, con su prestigiosa escuela de vela, y la playa canina de la isla, que ofrece servicios gratuitos para mascotas.