Descubrir la zona arqueológica de Pompeya, Herculano, y Torre Annunziata

Esta área arqueológica es el único lugar del mundo que ofrece una imagen completa de una antigua ciudad romana, y comprende tres áreas arqueológicas: las antiguas ciudades de Pompeya y Herculano con la Villa de los Misterios y la Villa de los Papiros, y la Villa de Popea, y la Villa de Lucio Craso III en Torre Annunziata.

Estos lugares se han ido abriendo al público desde mediados del siglo XVIII. Las excavaciones de Pompeya, que abarcan una superficie de 44 hectáreas, muestran los barrios urbanos de la época con sus villas romanas, el foro principal rodeado de grandes edificios como el Capitolio, la Basílica y los templos, y varios complejos de baños públicos, teatros, y un anfiteatro. El yacimiento arqueológico se caracteriza por su alma dual: por un lado, el mundo pagano representado por los restos de una de las ciudades más ricas del imperio romano y, por otro, la espiritualidad cristiana que lo convierte en destino de peregrinación.

Las excavaciones de Herculano nos han proporcionado artefactos aún mejor conservados, aunque muchas zonas siguen enterradas bajo el asentamiento moderno y se exploran a través de una red de túneles del siglo XVIII. Un verdadero museo al aire libre con edificios comerciales y residenciales que parecen cristalizados en un pasado lejano.

Las dos Villas Romane de Torre Annunziata, la Villa Oplontis, más conocida como Villa Poppea, y la Villa de Lucio Tercio Craso, son valiosos ejemplos de edificios suburbanos en la campiña. La primera es una enorme residencia marítima con magníficos murales, la otra una vivienda rústica con habitaciones y espacios dedicados al comercio. En definitiva, una representación inigualable, viva y clara, de la vida cotidiana en la época romana que merece ser reconocida por su excepcional valor universal.

La zona arqueológica es tan extensa y atractiva, que para no perderse lo importante, lo mejor es seguir un itinerario preciso: ¿preparados?

• Paradas en Pompeya: el primer destino es la Villa dei Misteri. Toma su nombre de la sala que da al mar, con un gran fresco en tres paredes, una de las obras pictóricas mejor conservadas de la antigüedad que representa un ritual misterioso. La segunda parada es en la Casa del Fauno, una de las mayores residencias de Pompeya. Ocupa unos 3000 metros cuadrados y es un maravilloso testimonio de riqueza.
• Los peregrinos que pasan por Pompeya deben visitar el  Santuario de la Beata Vergine del Rosario.
• Paradas en Herculano: comenzamos con la Villa de los Papiros, llamada así porque su biblioteca contenía 1800 papiros, algunos de los cuales fueron recuperados porque no estaban carbonizados, sino mineralizados. Particularmente extensa, la casa tiene un largo porche con vistas al mar. A continuación una excursión a la Casa del Ciervo en Herculano, una lujosa vivienda con una terraza con vistas al mar que perteneció a Q. Granius Verus, un ciudadano liberado de la esclavitud poco antes de la catástrofe;
• Paradas en Torre Annunziata: la ciudad alberga las excavaciones de Oplonti, antaño zona periférica de Pompeya.  Aquí se respira el aire de un barrio más que una ciudad real.
• Estas excavaciones consisten en dos villas, de las cuales sólo la Villa de Popea Sabina, segunda esposa de Nerón, permanece abierta a los visitantes. Una residencia monumental, que contenía incluso unas pequeñas termas, llenas de hermosos frescos que crean perspectivas.

Dejaos llevar a una visita guiada a Pompeya, Herculano, y Torre Annunziata para sumergiros mejor en el encanto de los lugares y descubrir sus secretos.

Estar en la zona del Parque Nacional del Vesubio, y en general cerca de Nápoles, significa también vivir una aventura gastronómica inolvidable. ¿Por dónde empezar?

En Pompeya, sin duda, un plato de espaguetis con almejas, tal vez precedido de un aperitivo de boquerones alla scapece, es decir, enharinados y fritos, adobados en vinagre.

También suele encantar la cianfotta de Herculano, un sabroso plato de verduras parecido al pisto.

Llegando a la zona de la Torre Annunziata es imprescindible el pulpo a la luciana, cocinado en una cazuela con tomate, ajo, aceitunas de Gaeta y alcaparras.

Como broche final: la sfogliatella riccia, capas crujientes de hojaldre rellenas de ricotta y fruta confitada que no necesita presentación. 

Entre éstas hay que destacar la Villa de los Misterios que toma el nombre de las notables pinturas murales que representan los ritos de iniciación (“los misterios”, precisamente) del culto a Dionisio. 
Una característica particular de Pompeya es la riqueza de los graffiti en las paredes de todos los edificios. En el momento de la erupción estaban teniendo lugar las elecciones y en los muros se encontraban frases e ideogramas de carácter político y sexual.