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Islas
Nápoles

Procida, una encrucijada de experiencias para todos los sentidos

La isla que emerge en la bahía de Nápoles es un lugar acogedor, donde pasar vacaciones relajantes y disfrutar de paseos y visitas durante todo el año. Esperando el verano.

3 minutos

Tras amarrar en el puerto de Marina Grande, lánzate a descubrir todo lo que Procida tiene que ofrecer, visitando el antiguo pueblo de Terra Murata, el poblado de pescadores de Marina Corricella y el puerto de Chiaiolella, en esta isla que ha enamorado a escritores, artistas y cineastas. Como Capital Italiana de la Cultura 2022, Procida mantiene en alto el estandarte de la hospitalidad napolitana, ofreciendo a sus huéspedes días de sabor, descubrimiento y bienestar.

Subiendo la cuesta arriba, esfuerzo recompensado

Subiendo la cuesta arriba, esfuerzo recompensado

En el cuaderno de viaje de Procida, la primera parada del programa merece todo el esfuerzo que supone llegar a ella: en la cima de una empinada cuesta que ofrece una impresionante vista del Golfo de Nápoles, encontrarás la antigua ciudad medieval amurallada de Terra Murata, un lugar de encanto y de singular belleza natural construido en la parte más alta de Procida. Aquí merece una visita el Palacio de Avalos, una inmensa construcción que fue levantada en 1563 y que a lo largo de los siglos pasó a ser una residencia noble, Palacio Real en manos de los Borbones y finalmente una prisión fortificada. Hoy en día, durante una visita, se pueden encontrar elementos y ambientes originales de cada una de las transformaciones que ha sufrido.

Mimos de bienestar con olor a mar

Mimos de bienestar con olor a mar

Son muchas las experiencias que se pueden vivir en Procida, desde la posibilidad de disfrutar de un aperitivo servido en un barco al atardecer (con música a bordo, pero sin dar la vuelta a la isla), hasta excursiones para conocer el mar, elemento indisoluble de la vida (y la gastronomía) de la isla. Prepárate para embarcarte en embarcaciones con fondo transparente para contemplar - de día o de noche - el fondo marino que rodea la isla. Son las mismas aguas de las que los pescadores locales extraen a diario preciosos tesoros para los amantes de la buena cocina.

En busca de tesoros gastronómicos submarinos

En busca de tesoros gastronómicos submarinos

Como un auténtico pescador procidano o, mejor dicho, en compañía de algunos de ellos, podrás salir por la noche a pescar anchoas, el pescado azul conocido por su exquisito sabor y sus destacadas propiedades organolépticas, protagonista indiscutible de muchos platos tradicionales de la isla. A bordo de una "saccaleva" - la típica embarcación dedicada a esta particular pesquería - pasarás una noche tendiendo redes, llamando a las anchoas con el lamparón y, finalmente, comprobando (y recuperando) lo que ha pescado.

La ruta del gusto

La ruta del gusto

Disfrutarás de la cocina tradicional, naturalmente con platos a base de pescado fresco en los pequeños restaurantes y trattorias de la isla, a menudo regentados directamente por los pescadores: aquí, el kilómetro cero no es un sueño imposible. Entre los platos a la carta, uno de los más característicos es la ensalada de limón, de origen campesino, que podrás tratar de realizar tú mismo, recogiendo limones de los limoneros de la zona.

La icónica Procida, como una postal

La icónica Procida, como una postal

Una vez desembarcados en la isla, la atracción principal y, por tanto, el mayor imprescindible que visitar es Marina di Corricella, el colorido poblado pesquero que hace de la isla un lugar reconocible desde todos los rincones del mundo, gracias también a una imagen sacada aquí mismo para promocionar las nuevas pantallas en color (hablamos tanto de Apple como de Microsoft). Dispuesto como un anfiteatro sobre el mar, este pequeño pueblo de pescadores -el más antiguo de la isla- es un remanso de paz y encanto donde pasar unas relajadas vacaciones.

Regenerarse no aísla

Regenerarse no aísla

Solo o acompañado, una vez que haya paseado por las estrechas calles y callejones de Procida, quizás antes de ir a la playa (el clima templado de la isla permite disfrutar del mar prácticamente todo el año), puedes concederte un momento de bienestar en el balneario local, construido íntegramente en piedra de lava con un diseño contemporáneo único. La oferta es muy amplia: sauna, hammam, jacuzzi, ducha de contrastes con cromoterapia, fuente de hielo para regenerar el cuerpo. Por último, hay amplias zonas comunes de descanso donde los huéspedes pueden disfrutar de una amplia selección de tés e infusiones

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