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Bienestar y relax

Isquia: los parques termales

Isquia, en Campania, es la mayor de las islas Flégreas, ha sido siempre considerada como la capital europea del bienestar.

2 minutos

Los manantiales y las antiguas termas regalan en todas las estaciones momentos de relax a aquellos que busquen unas vacaciones capaces de combinar los cuidados, el bienestar, la naturaleza incontaminada, el deporte, los paisajes idílicos y la gastronomía de primer orden.
Su afortunado emplazamiento geográfico asegura en todo el territorio isleño condiciones climáticas y ambientales ideales para equilibrar el cuerpo y el espíritu.

La tradición termal de Isquia tiene sus raíces en la leyenda. Se cuenta que el gigante Tifón fue hecho prisionero en las entrañas del monte Epomeo por Zeus, que esparció sus miembros por toda la isla. Después de siglos de castigo el gigante pidió a Venus de implorar el perdón a Zeus. Las cálidas lágrimas que surgieron de los ojos del rebelde arrepentido conmovieron al padre de los dioses que perdonó a Tifón y convirtió sus lágrimas en aguas termales.

Isquia con sus 103 manantiales termales, sus 69 campos fumarólicos y sus más de 300 establecimientos, representa la capital de las zonas termales europeas. Las propiedades terapéuticas de sus aguas se remontan a tiempos lejanos y la presentan como una opción perfecta para los que buscan un poco de relax, cuidados y bienestar en un marco de magníficos paisajes naturales.
Para los amantes de los cuidados termales el único problema es elegir entre los manantiales de Isquia que ofrecen una increíble variedad de aguas divididas en minerales, calientes, muy clientes, termales e hipertermales. Isquia permite a sus visitantes combinar bienestar, mar, naturaleza deporte y gastronomía de primer orden en en un único lugar.
Los amantes de las actividades al aire libre pueden disfrutar de una oferta extremadamente amplia: del parapente al windsurf, del senderismo a los paseos a caballo o del submarinismo a la canoa. Sin olvidar hacer una visita a maravillosos lugares como los Jardines de la Mortella.

Después de haber transcurrido una jornada  de relax podemos dejarnos seducir por las exquisitas delicias ofrecidas por la cocina de Isquia: el Conejo de Fossa, la Caponata de Isquia, el pan y la pizza, la miel, las alubias “zampognari” y el pescado fresquísimo son algunos de los ejemplos de la generosidad de esta isla.

La tierra tufácea de Isquia permite producir vinos de elevada calidad con características excelentes, blancos con aromas embriagadores y tintos de fuerte carácter que acompañan a los platos típicos. La vinicultura de Isquia cuenta con un origen milenario (la Copa de Néstor es prueba del cultivo de la vid en la isla en el siglo VII a.C.) y aún hoy es la actividad agrícola prevalente.

En toda la isla crecen en abundancia perfumadísimos árboles de cítricos cuyos frutos son utilizados para preparar el tradicional licor “limoncello”.

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