Los paisajes de Campania

En una región que figura entre las más celebradas por los viajeros de todos los tiempos, es difícil decir qué paisaje despierta las emociones más fuertes. El Vesubio, con las tierras que lo rodean protegidas por el Parque Nacional del mismo nombre, es el que da las sensaciones más claras del poder de la naturaleza, de una fuerza tan influyente y constante en sus diversas expresiones (geológicas, pero también "humanas", históricas y culturales) como para convertirse en una espectacular fuente de inspiración, pura energía imaginativa. El Vesubio, una montaña viva que domina las vistas grandiosas, por su asomo, real y simbólico, y su carácter amenazante nunca apagado, es capaz de convertirse en un mito, uno de los elementos paisajísticos más conocidos del mundo. Una pequeña curiosidad: de las laderas del Vesubio sale un personaje de dibujos animados de Disney, Amelia la bruja hechicera. 

Lo que representa la Costa de Amalfi lo resume perfectamente Renato Fucini en 1878: "El día del juicio, para los amalfitanos que vayan al paraíso, será un día como cualquier otro". Por estos tramos "paradisíacos", la Costa es una de las costas más frecuentadas por quienes buscan un mar que combine peculiaridades medioambientales, historia y tradición de forma absolutamente paisajística: desde Vietri sul Mare hasta Positano, 13 pueblos soñados en todo el mundo, se asoman al mar a lo largo de 37 km de costa que hay que recorrer para descubrir, curva tras curva, nuevas maravillas. El fil rouge de la "Costa Diva" es la belleza: las fragancias del matorral mediterráneo, los sabores de las excelencias gastronómicas y vinícolas únicas (desde los limones de Minori a las anchoas de Cetara), el increíble patrimonio artístico que asombra a cada paso -como la espléndida cúpula cubierta de coloridas cerámicas de Vietri, los murales de Furore o las residencias históricas de Ravello, incluida Villa Rufolo con ese espectacular panorama que hechizó a Wagner. Escritores, poetas, pintores, directores, actores, bailarines, músicos y personalidades de la jet set internacional se han enamorado de estos pueblos, de las impresionantes vistas, de una pequeña playa o de un promontorio, de un estilo de vida y un ambiente únicos, eligiendo la Costa, Patrimonio de la Humanidad, como su hogar y su refugio. 

Los nombres ya evocan la magnificencia: Capri, Ischia, Procida, Nisida, Vivara parecen resonar con el canto de las sirenas a un mundo maravilloso. El archipiélago de Campania representa un patrimonio natural y humano entre los más deseados del mundo por sus aguas límpidas, sus ensenadas, sus escarpados acantilados y su clima suave; por las termas de Ischia, famosas por la calidad de sus aguas y los extraordinarios paisajes que enmarcan los balnearios; por el pueblo de pescadores de Corricella, en Procida, con sus características casas de colores y sus bares a 1 metro del mar; por el ritmo pausado de Vivara, donde el tiempo y el espacio parecen suspendidos para dejarte experimentar la naturaleza virgen de la reserva. Más que islas, descubrirá un microcosmos privilegiado. 

Las tierras de Campania sorprenden con tesoros incomparables como los sitios arqueológicos inscritos en la lista del Patrimonio Mundial. Paestum es un rico fragmento de la Magna Grecia: a 2 km del mar, con su playa de arena y el bosque de pinos que recorre la costa, esta zona le dejará atónito al ver las majestuosas columnatas que custodian los espacios sagrados. Herculano fue el lugar de uno de los descubrimientos más importantes de la historia: aquí comenzaron las excavaciones que también descubrirían Pompeya y Oplontis. La Ciudad de Hércules fue sumergida por el lodo y la lava que sellaron los materiales, dejándonos señales inalteradas de una vida cotidiana de miles de años. Pompeya es un recuerdo único: "Ciudad enterrada", un lugar de catástrofe y emoción al mismo tiempo. La erupción del Vesubio que la sepultó fotografió un momento de la historia, devolviéndonosla en todo su dramatismo. Ninguna imagen puede transmitir con la misma fuerza la sensación de atravesar el tiempo que se experimenta al recorrer las excavaciones de Pompeya.

Las tierras del interior de Campania son ásperas, salvajes. El mar no está lejos, pero los colores realmente cambian, al igual que los pueblos y el estilo de vida. Ya sea en los montes de Benevento, en el Matese o en el Sannio, aquí los lugares hablan un lenguaje inusual, menos conocido y, por tanto, menos "dado por sentado" que muchos paisajes costeros. Las tierras que se elevan formando altas colinas, hasta convertirse en montañas hacia los Apeninos, conservan algo profundamente antiguo, un matiz de nobleza histórica y de memoria de la tierra, que se encuentra en las reliquias de civilizaciones milenarias, en las tradiciones, en el reparto de sabores auténticos, en los rostros de los que allí viven.