Vacaciones en Positano, donde vivir el encanto de la Costa Amalfitana
Positano se encuentra al oeste del fascinante balcón natural sobre el mar Tirreno que es la Costa Amalfitana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aquí reina el típico paisaje mediterráneo del sur de Italia, con casas blancas inclinadas hacia el mar y espléndidas playas, callejones que ofrecen todos los pequeños placeres de la vida: ritmo lento, refinadas boutiques, cafés y restaurantes en estos lugares guardianes de la historia.
A descubrir las playas
La playa de Marina Grande es la más famosa de Positano, con 400 metros de arena en la ensenada; podrás encontrarte cara a cara con personalidades que pasan por allí.
El panorama y las instalaciones disponibles invitan a la ociosidad, pero una vez dejada la tumbona, merece la pena que te dirijas al embarcadero para navegar hasta el archipiélago de Li Galli: 3 islotes que son una reserva marina rodeada de aguas transparentes que, según la leyenda, están pobladas por sirenas.
Se llega allí en botes hinflables o pequeñas embarcaciones.
Íntima es la bahía que abraza la playa de Fornillo, de guijarros y grava, a la que se puede llegar a pie y que es un paraíso para el snorkel con sus magníficos fondos marinos.
Si sigues andando puedes pasar unas horas tranquilas en la playa del Laurito, con sus acantilados escarpados y donde la naturaleza no tiene rival.
La escarpada costa del Golfo de Positano está llena de barrancos sobre el mar turquesa. Súbete a un gozzo, su embarcación tradicional, y pide al barquero que te lleve a descubrir pequeñas playas en calas secretas, como La Porta, San Pietro Laurito y Arienzo. Muchos hoteles también cuentan con secciones de costa privada.
Un trekking divino
Puedes iniciar una ruta en los Montes Lattari, inmersa en la naturaleza. Se trata del Sentiero degli Dei (Camino de los Dioses), que durante muchos años fue el único enlace entre las ciudades de la Costa Amalfitana hasta que se construyó la carretera nacional. Al caminar, la Costa Amalfitana se abre ante ti desde lo alto y la vista se extiende hasta Capri los días claros.
Atravesarás encinares y podrás saciar la sed en sus numerosos manantiales; te encontrarás con cuevas y precipicios que te van a dar vértigo, restos de pueblos rupestres, y la aguja calcárea Il Pistillo.
Acércate al pueblo de Nocelle, donde podrás refrescarte antes de reanudar la marcha.
Para los más entrenados y aventureros, un ramal del Camino de los Dioses conduce por un interminable tramo de escaleras a Cala Arienzo, a la que también se puede llegar sin esfuerzo por mar.
Un lugar de vacaciones querido por los romanos
Los patricios romanos llegaron a Positano y construyeron allí extraordinarias residencias de vacaciones. Hay muchas pruebas de su predilección por este lugar bendecido con un paisaje encantador y un clima suave durante todo el año, en el que la brisa marina mitiga el calor del verano.
Puedes encontrar artefactos de los antiguos veraneantes en el Museo Arqueológico Romano - MAR, que alberga una parte de una villa del siglo I d.C. sumergida por la erupción del Vesubio y sacada a la superficie tras años de excavaciones arqueológicas.
Estilo Positano
Positano es un pueblo vertical, encaramado en una montaña que domina el mar. Adéntrate en el pueblo a través de sus numerosas escaleras y callejones y no te pierdas la visita a la iglesia de Santa Maria Assunta, a dos pasos de la playa de Marina Grande. Antaño era un monasterio benedictino, luego fue abandonado y remodelado a lo largo de los siglos, hoy ofrece el espectáculo arquitectónico de una fachada de piedra pálida y una cúpula de mayólica amarilla, verde y azul; en el interior, busca un precioso icono bizantino.
La mayólica tiene una larga tradición en Positano y en los talleres del pueblo puedes comprar variados objetos de cerámica, desde platos hasta bisutería.
Hay muchas boutiques que venden ropa refinada si quieres adaptarte al "estilo Positano": vestidos suaves y vaporosos, caftanes, ropa de colores claros, camisas y pantalones de lino y tejidos impalpables, así como los siempre presentes trajes de baño para él y para ella.
En efecto, Positano ha visto florecer a lo largo de los siglos una tradición de tejedores, ahora reinterpretada en clave contemporánea y festiva. El estilo se complementa con chancletas, personalizadas por los artesanos.
Después del mar, las delicias del pueblo
Positano también es lujo y mundanidad y toda la zona ofrece innumerables clubes, restaurantes y bares. Para el entretenimiento nocturno, se puede elegir entre permanecer en los clubes aferrados a la roca en la parte alta del pueblo, con buenas vistas, o en los clubes de playa, donde aunque solo sea tomando un aperitivo al atardecer te supondrá una experiencia agradable.
Siéntate en la terraza de un restaurante. Una buena opción es la sopa de mejillones o la ensalada de marisco al limón, los linguini con langostinos y el pescado frito. Entre los quesos de los Montes Lattari, el fior di latte, que también se pone en la pizza, se impone a todos los demás. Y si tus curiosidades gastronómicas no acaban ahí, infórmate sobre cómo apuntarse a las visitas temáticas: visitas a la producción del aceite de oliva entre los olivares y a las bodegas entre los viñedos.