Galtellì

BANDERA NARANJA DEL TOURING CLUB ITALIANO

Protegido por las aguas del Cedrino al oeste y al este por el imponente Tuttavista, con el monumento natural de Sa Preta Istampata, el pueblo medieval de Galtellì está envuelto en un aura de tranquila espiritualidad.

La histórica devoción del pueblo se deduce de la presencia de cinco iglesias en el espacio de un kilómetro cuadrado, entre las que destacan la parroquia del Santissimo Crocifisso y la antigua catedral de San Pietro. Son numerosas las celebraciones religiosas que tienen lugar en honor al Santísimo Crucificado, valiosa obra en madera custodiada en la iglesia a la que da nombre. Al crucificado se le atribuyeron en el siglo XVII varios milagros, lo que atrajo a peregrinos de toda la isla. Galtellì no es solo un destino de peregrinaciones religiosas: cada año muchas personas visitan el pueblo movidas por pasiones literarias. La premio nobel de literatura Grazia Deledda decidió ambientar en Galtellì «Cañas al viento», que se convertiría en su obra más conocida. En la novela, el pueblo cambia su nombre por el de Galte, pero siguen siendo reconocibles las casas, las calles y los rincones que inspiraron a la escritora, que se pueden visitar recorriendo el itinerario del parque literario Deleddiano. También vale la pena visitar el museo etnográfico Casa Marras, ejemplo de casa solariega de principios del siglo XVIII, restaurada y decorada con muebles, objetos y herramientas de trabajo originales. Entre los eventos, no te pierdas la Semana Santa, durante la cual la comunidad mantiene vivo el vínculo con las tradiciones.

La presencia del monte Tuttavista hace de Galtellì un destino perfecto para los amantes del senderismo y las caminatas. El monte no desmerece a su nombre, desde los 800 metros de la cumbre es posible disfrutar de magníficas vistas que incluyen el monte Albo, el curso del Cedrino, varios municipios del interior y el hermoso golfo de Orosei. Este pueblo es uno de los destinos favoritos de los turistas a los que les gusta visitar Cerdeña de forma lenta y auténtica, así como de los propios sardos.