La Domus de Janas en Cerdeña: descubriendo las tumbas excavadas en la roca
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Imagínate unas hadas tejiendo con sus manos delicados hilos dorados a la luz de la luna, velando por el sueño de los niños. Esta es la fantasía que os acompañará en el recorrido por las Domus de Janas, las Casas de las Hadas, nombre con el que la leyenda popular ha bautizado las sepulturas arcaicas excavadas en la roca, típicas del interior de Cerdeña. La isla cuenta con miles de construcciones de este tipo, lo que conforma un patrimonio único.
En Sedini
Las Domus de Janas datan de hace 5000 años y son tumbas excavadas en la roca que constituyen hoy en día un valioso testimonio del Neolítico. Por su estructura, la leyenda popular les ha otorgado la función de casita de criaturas mágicas que tejen velando por el sueño de los niños. Se sabe que hay al menos 2.500 repartidas por todo el territorio, aunque algunos expertos elevan la cifra a la exorbitante cantidad de 3.500: aisladas o formando parte de necrópolis reales, decoradas o muy sencillas.
La Domus de Janas de Sedini, localidad de la provincia de Sassari, tiene una particularidad: se encuentra en el interior de la localidad, en la calle principal, integrada en el centro histórico. Los lugareños la llaman simplemente La Rocca y durante milenios han ido transformado su casa de hadas, cambiando su función periódicamente.
Entre los siglos IV y III a.C. fue una tumba para restituir los difuntos a la Madre Tierra, mientras que, posteriormente, en la Edad Media se convirtió en un edificio y prisión. Más tarde, en el siglo XIX empezó a usarse como cantera para la extracción de material de construcción, luego en un refugio para animales, una tienda y hasta en sede de un partido. Todas estas superposiciones de funciones pueden observarse durante la visita a la Domus, ahora transformada por el Ayuntamiento en el Museo de la Domus, un espacio dedicado a la tradición etnográfica de Sedini.
Aprovecha para conocer el pueblo y pasear por la zona, llena de cuevas, que, probablemente, sirvieron de hogar a las poblaciones prehistóricas. Los orígenes de esta zona del norte de Cerdeña se remontan a épocas remotas, y el propio pueblo de Sedini data también de tiempos prehistóricos. La zona cuenta con multitud de casas construidas en la roca, y escaleras y pasos subterráneos que conducen a preciosas iglesias y monumentos. Alrededor, pequeños pueblos ofrecen preciosas vistas de paisajes que se extienden hasta alcanzar el azul del mar.
La Necrópolis de Genna Salixi
Dirígete hacia Oristano para llegar al pueblo de Villa Sant'Antonio. A solo un kilómetro de este pueblo, sobre un imponente peñasco en la ladera de una colina, se alza un asentamiento prenurágico: la Necrópolis de Genna Salixi formada por 14 Domus de Janas. Estas cuevas funerarias tienen varias estructuras, y algunas cuentan hasta con un corredor de acceso y varias salas.
Todas estas estructuras atestiguan la importancia que los primeros habitantes de la isla atribuían al culto a los difuntos, cuando, allá por el año 3000 a.C., los muertos se devolvían a la tierra, para lo que eran colocados en estas casas de piedra, centro de rituales en honor a los antepasados. Los nichos tallados en el suelo y las repisas en la pared atestiguan esta antigua tradición de ofrendas y rituales funerarios. Si observamos la roca con atención, podremos admirar el sistema de canalización, que servía para proteger las tumbas de las infiltraciones de agua.
La Necrópolis de Is Loccis Santus
Si bajamos hacia el sur, en la región de Sulcis, encontraremos otra sorprendente necrópolis: Is Loccis Santus. 13 casas de hadas que tienen un encanto particular, pues la forma de su planta, que recuerda los pétalos de una flor, es única en Cerdeña. Alrededor, también podremos apreciar algunos Menhires y, más allá de la roca que custodia las tumbas, el verde de la vegetación mediterránea. La necrópolis es también un mirador excepcional: la vista se extiende desde la isla de Sant'Antioco hasta la de San Pietro y el Golfo di Palmas hasta Capo Teulada.
El Museo Villa Sulcis de Carbonia exhibe numerosos hallazgos de la Necrópolis de Is Loccis Santus. En concreto, como parte de la Colección Doneddu, cerámica decorada con cenefas y lunares rellenos de materiales de diferentes colores.