La península de Sorrento, aguas de color esmeralda y la fragancia a limones

Está situada en una posición panorámica sobre un acantilado que da al mar, con vistas al Golfo de Nápoles, el Vesubio, y a las islas de Ischia y Procida, recientemente designada Capital italiana de la Cultura 2022. Paseando entre las tiendas típicas de sus características callejuelas se respira el aroma de limones y naranjas, y se llega a sus lugares de interés, definitivamente imperdibles: la céntrica Piazza Tasso y la casa donde nació Torquato Tasso, uno de los más grandes poetas italianos del siglo XVI, ahora convertida en un hotel de lujo, el claustro de San Francesco con los jardines públicos adyacentes de la Villa Comunale, la Basílica de Sant'Antonino, el Museo Correale de Terranova, y el característico pueblo de pescadores de Marina Grande.

Es el punto extremo de la península sorrentina, que separa el Golfo de Nápoles del Golfo de Salerno, detrás del cual comienza la costa de Amalfi. Se puede descubrir a pie a través de un sendero naturalista inmerso en el matorral mediterráneo, sembrado de puntos panorámicos importantes, como el que domina la bahía de Ieranto, poblada por aves raras como el halcón peregrino y el pájaro carpintero rojo. Según la leyenda, Punta Campanella era el lugar de las sirenas de Ulises, que con sus cantos atraían a los marineros y los hacían naufragar, porque el mar agitado por el encuentro de las corrientes dificulta la navegación y los barcos chocan contra las rocas.

A poca distancia de Sorrento se encuentran las ruinas de la majestuosa villa romana Pollio Felice, que data del siglo I a.C. y está situada en una enorme roca escarpada con vistas al mar. Pero el sitio es más conocido por ser el lugar donde, en siglos posteriores, Juana de Anjou-Sicilia, reina de Nápoles, se entretenía con sus jóvenes amantes en una especie de estanque natural de aguas verdes esmeralda y luminosas, lejos de las miradas indiscretas gracias a su particular posición entre las rocas. Hoy día, los turistas pueden seguir bañándose en esta cala encantadora, accediendo a través de un camino que tiende hacia abajo, tallado entre las rocas.

A lo largo de toda la península existen pequeñas bahías bañadas por aguas transparentes e incontaminadas. Entre las más bellas destacan la pequeña cala de Baia di Ieranto, a la que se llega por un sendero que parte de la punta del promontorio, la cercana playa de Marina del Cantone en Nerano, y Los Baños de la Reina Juana (Bagni della Regina Giovanna), el corazón de un sitio arqueológico centenario. El centro de Sorrento ofrece las diminutas playas de arena volcánica de Marina Grande y Marina Piccola, equipadas principalmente con construcciones sobre pilotes de madera elevados sobre el mar, y la de Puolo, dividida entre la parte arenosa y las rocas de la Pignatella.

Situada frente a la península sorrentina, a solo media hora de travesía desde Sorrento, la isla más glamurosa del Archipiélago de Campania te invita a dar un paseo que desde la célebre Piazzetta permite alcanzar la terraza panorámica y miradores donde disfrutar de preciosas vistas hacia las espectaculares formaciones rocosas de los Farallones. Merece la pena subir a Anacapri, el punto más alto de la isla, para luego reponer fuerzas en las playas de Marina Grande y Marina Piccola. Un viaje alrededor de la isla por mar, en cambio, permite descubrir una serie de grutas naturales, bañadas por aguas con sus increíbles colores, entre ellas, la espectacular Gruta Azul, con sus sorprendentes juegos de luz natural.

Sorrento y sus alrededores presumen de pizza propia, con características de elaboración e ingredientes que la diferencian de la típica pizza napolitana. El tradicional borde alto y a veces rellenos de queso ricotta, aquí se ha sustituido por uno mucho más bajo y hueco; además, la mozzarella utilizada es la fiordilatte sorrentina de leche de vaca, en lugar de la bufala campana elaborada con leche de hembra de búfalo, el agua necesaria para elaborar la masa es la más pura procedente de los Montes Lattari, que dominan la península. En general, la pizza es más crujiente y consistente. Otros platos típicos son los gnocchi alla sorrentina con tomate y queso fiordilatte, las dulces Delizie al Limone y, por supuesto, el limoncello, el licor de limón típico de la región.