Resumen
Uno se encuentra con el «templo», aislado y en parte enterrado, entre la carretera que ahora atraviesa Baia y sus instalaciones portuarias. Es difícil creer que se trate realmente de un antiguo edificio sagrado: en Baia debió de existir un templo de Venus, pero hasta ahora no se han encontrado rastros seguros de él. En cualquier caso, se trata de un edificio de más de veinticinco metros de diámetro, muy probablemente la sala principal de un complejo mayor, en gran parte perdido. Su tamaño y elegancia estructural han intrigado a viajeros y diseñadores durante siglos: entre ellos se encuentra Andrea Palladio, quien trasladó la construcción clásica a la historia de la arquitectura occidental moderna.
Lo que siempre ha llamado la atención de los estudiosos son las numerosas y atrevidas soluciones estructurales que caracterizan al edificio: la planta octogonal en el exterior, pero circular en el interior, la cúpula que puede definirse como «en forma de paraguas» debido a la forma de los segmentos que la forman, y la propia arquitectura de la cubierta. Durante su construcción, se utilizaron materiales cada vez más ligeros para reducir la carga en las partes con mayor riesgo de derrumbe.
