Etroubles

Bandera Naranja del Touring Club Italiano

El espléndido entorno alpino del valle del Gran San Bernardo enmarca el pueblo medieval de Etroubles, a 1270 metros de altura, atravesado por la Vía Francígena, que unía las islas británicas con Roma, cruzando Europa.

Al pasear por su característico centro histórico, entre viviendas de piedra, callejuelas empedradas y fuentes, no se pueden dejar de admirar las esculturas y los frescos de artistas contemporáneos italianos y extranjeros, que conforman un museo al aire libre permanente. También merece la pena visitar la parroquia (1815), que tiene un campanario del siglo XV, el Museo della Latteria, que explica las distintas fases del procesamiento de la leche para la elaboración de quesos locales con herramientas del siglo XIX, la pequeña central Bertin, donde se hallan documentos, maquinaria y objetos relacionados con la producción de energía hidroeléctrica de principios del siglo XX.

El pueblo conserva y mejora algunas tradiciones antiguas relacionadas con los eventos y el deporte. En Etroubles, de hecho, se celebra un característico carnaval, en el que las máscaras llevan disfraces típicos bordados, con lentejuelas, escarapelas y espejos que aún hoy se confeccionan en el municipio, para conmemorar el paso de las tropas napoleónicas, mientras que en agosto se celebra la Veillà, un evento pintoresco y folclórico en el que los habitantes muestran trajes y oficios del pasado. Por último, desde hace mucho tiempo, en Etroubles se juega al «fiolet», la versión del Valle de Aosta de la «lippa» saboyana.

Para degustar los productos típicos de calidad, reelaborados con creatividad, puedes parar en Le Gîte aux Marronniers, un café restaurante en el centro histórico gestionado por la joven chef Ilaria Pilone.