Vivir en el Valle de Aosta es vivir de forma sostenible
3 minutos
La belleza natural y el estilo de vida verde forman una combinación perfecta en el Valle de Aosta. Vivir allí significa adoptar plenamente la filosofía del turismo sostenible, también conocido como turismo lento o turismo responsable, que preserva el medio ambiente, mejora el bienestar de las comunidades residentes y favorece el desarrollo local.
Tanto si deseas explorar la región haciendo senderismo por un paisaje impresionante, como si quieres ir en bicicleta de montaña o recorrer uno de los muchos valles, encontrar la propuesta adecuada para cada necesidad te va a resultar realmente fácil, con la certeza de que vas a disfrutar siempre de una experiencia atractiva y auténtica.
A pie o sobre dos ruedas: los medios son siempre sostenibles
5000 kilómetros de senderos libres garantizan que los senderistas puedan explorar toda la región a pie. El Camino Balteo, la Vía Francígena, las Vías Altas, el Tour del Mont-Blanc, por nombrar solo algunos itinerarios, están destinados tanto a los senderistas más avezados como a los principiantes, con excursiones de un solo día o más largas, en suma, adaptadas a las necesidades de cada uno.
Para los que quieran recorrer mayores distancias de forma totalmente ecológica, las dos ruedas ofrecen diversas posibilidades: desde sus numerosas ciclovías que permiten disfrutar de la belleza de toda la región, hasta los más de 1000 kilómetros de senderos para bicicletas de montaña. Para los amantes de las emociones, algunas estaciones de esquí adaptan en verano sus remontes al transporte de bicicletas para descensos y freeride.
Entre parques y reservas, la conservación de la naturaleza
En el Valle de Aosta, el conocimiento de la naturaleza va acompañado de un compromiso concreto por preservarla. El Parque Nacional del Gran Paradiso, el Parque Nacional del Mont Avic, las diez reservas de la naturaleza, los diecinueve lugares de la red ecológica Natura 2000 y los cuatro jardines botánicos alpinos representan una extraordinaria oportunidad para que conozcas mejor el territorio viviendo plenamente la naturaleza.
Los Centros de Visitantes de cada valle también educan en turismo sostenible, ya que cada uno está diseñado para describir las características de su zona, sus aspectos culturales, faunísticos y geomorfológicos. Estos lugares también son perfectos para los niños, que pueden aprender divirtiéndose, gracias a los laboratorios didácticos, los talleres y las actividades recreativas hechas a su medida. Los guías de la naturaleza te garantizan un viaje con inmersión en las peculiaridades de cada lugar, que sorprende incluso a los paladares más refinados.
Chamois y los otros lugares donde la sostenibilidad es la reina
Chamois encarna plenamente el alma verde del Valle de Aosta: un municipio de cien habitantes, a 1800 metros de altitud, donde no hay coches y al que sólo se puede llegar en teleférico, a pie o en bicicleta.
Un rincón de tranquilidad se encuentra en Valtournenche, que es el destino perfecto para quien quiere escapar del caos de la ciudad, viviendo a ritmo lento, dentro de un paisaje incontaminado y sin límites.
Chamois es uno de esos destinos aptos para quienes desean tomarse un tiempo para sí mismos: pequeños pueblos poco conocidos donde la naturaleza marca el ritmo del tiempo y donde el placer por las pequeñas cosas ha permanecido intacto. Pertenecen a esta categoría Valpelline, Valsavarenche, Valgrisenche, los pueblos del bajo valle de Gressoney y del valle de Champorcher. Visitarlos significa darte un verdadero baño de naturaleza: muchos están situados en zonas protegidas, en lugares donde la sencilla arquitectura de piedra o madera se integra discreta y armoniosamente con la naturaleza, consiguiendo un equilibrio perfecto. Los alojamientos en los que puedes alojarte están rodeados de prados, pastos y viñedos: tendrás unas vacaciones lentas y desintoxicantes.
Sostenibilidad integral: comida y coches eléctricos
Para vivir auténticamente en el Valle de Aosta, lo sostenible también significa de km 0: puedes visitar granjas, degustar platos típicos, alojarte y participar en eventos de degustación, dando a tus vacaciones un sabor verdaderamente auténtico y genuino.
Numerosas iniciativas autónomas se han convertido en la seña de identidad de este modo de vida orientado a la naturaleza, que potencia las culturas y tradiciones locales, respetando el medio ambiente, los territorios y sus habitantes. El proyecto Green Vallée d'Aoste, por ejemplo, nace de una serie de empresas del Valle de Aosta que quieren proponer una forma de vacaciones eco-sostenibles bajo el lema de la movilidad verde. Los alojamientos que forman parte de la red permiten combinar la reserva de una habitación con el alquiler de un coche eléctrico a un coste muy asequible. Tanto si recoges el coche en la estación o en el aeropuerto de Turín o de Aosta, llegar al destino y moverte por el territorio de forma eco-sostenible, cómoda y sin contaminar te resultará realmente fácil.