El castillo de Aymavilles, vivienda museo entre historia y naturaleza
Un solo bloque rectangular con 4 poderosas torres, abrazado por un gran parque. El castillo de Aymavilles, en el municipio del mismo nombre, se levanta en una colina que desciende hacia el Dora Baltea, a lo largo de la carretera de Cogne.
Sus orígenes son muy antiguos, se remontan a alrededor del año 1200, pero fue remodelado y reconstruido en varias ocasiones, de modo que hoy constituye una auténtica suma estilística, una transición de fortaleza medieval a residencia señorial de estilo rococó.
Un espléndido escenario, verde cuando hace buen tiempo, blanco en invierno.
Las múltiples vidas de la mansión
El castillo de Aymavilles ha conocido una larga sucesión de fases a lo largo de los siglos, que han modificado su estructura arquitectónica a lo largo del tiempo. La superposición de estilos es un motivo de interés en un entorno que mezcla el gótico, el barroco y el rococó.
Sus orígenes se remontan al siglo XIII y, a partir del siglo XIV, se convirtió en la casa solariega de la ilustre familia Challant, que enseguida realizó cambios. En 1400 se añadieron las 4 torres de las esquinas, y en 1700 llegaron las logias decoradas con estuco y la renovación del interior. Poco a poco, el castillo perdió su carácter defensivo medieval para convertirse en una espléndida mansión completada por el parque en terrazas.
El recorrido expositivo
Tras años de sofisticadas investigaciones y restauraciones llevadas a cabo por la región del Valle de Aosta, el castillo de Aymavilles ofrece ahora visitas guiadas a lo largo de un recorrido expositivo de gran interés desde el punto de vista histórico, artístico y arquitectónico, gracias al equipamiento multimedia. Tendrás acceso a 4 niveles, cada uno con un enfoque temático.
El primero ofrece un relato de las familias que vivieron aquí, el segundo está dedicado al coleccionismo del siglo XIX, el tercero alberga la colección de la academia de Sant'Anselmo, una importante asociación de estudios históricos del Valle de Aosta, así como exposiciones que dan testimonio de la vida cotidiana en la mansión en el siglo XIX.
En la cuarta planta podrás admirar las numerosas transformaciones arquitectónicas, con la ayuda de modelos y reconstrucciones multimedia; después, levanta la vista al techo, una obra maestra de la carpintería del siglo XV perfectamente conservada. Y mientras avanzas entre las habitaciones, presta atención a las suntuosas decoraciones y elementos de gusto barroco, en un derroche de motivos muy variados.
El arte de la enología
Después de visitar el interior del castillo de Aymavilles, detente en el parque para apreciar su laboriosa estructura en terrazas, creada tras la demolición de las murallas de la mansión.
La zona verde flanquea las colinas circundantes, donde se pueden ver las extensiones de viñedos. Esta misma zona tiene una fuerte vocación enológica, gracias al microclima alpino a los pies del Monte Blanco, que favorece el cultivo de la vid. Los lugareños se han dedicado a la agricultura durante miles de años, una tradición de laboriosidad que llega a nuestros días a través de los famosos vinos Torrette, 17 tintos típicos de esta zona del Valle de Aosta.
Si te gusta la buena bebida, visita algunas bodegas de la zona y no te pierdas una parada en La Cave Cooperative des Onze Communesuna cooperativa de viticultores cercana al castillo, donde podrás degustar y comprar vinos Torrette y otros productos típicos. O pide una copa en el restaurante, acompañándolo con suculentos platos de caza o la sopa de castañas, el clásico plato de otoño.
3 descubrimientos a un paso del castillo
En la carretera de Aymavilles a Cogne, en el Pont d'Ael, hay un majestuoso puente acueducto que data de época romana. Deja el coche y explóralo a pie, siguiendo la ruta turística bien estudiada.
Puedes aventurarte por la ruta de senderismo Camino Balteo que pasa por aquí: descubrirás la iglesia de Saint-Léger rodeada de naturaleza.
Visita el pueblo de Ozein, una pequeña aldea de Aymavilles, donde también encontrarás la Tornalla, una antigua casa fortificada.
Leer más
El castillo de Aymavilles está abierto al público para visitas guiadas o durante eventos y conciertos en primavera y verano.