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Enogastronomía
Trentino-Alto Adige

Trentino-Alto Adige, todo el gusto de la montaña, patrimonio de la humanidad

Un viaje a un paso de los Dolomitas, protegidos por la UNESCO donde degustar platos fronterizos extraordinarios.

3 minutos

El DNA de la región es una combinación de aromas picantes y ahumados, mezcla armoniosa con la gastronomía alemana y austriaca.

Encontrará platos sencillos y sabrosos que, sobre todo en la parte del Tirol del Sur, se vuelven más calóricos para equilibrar los rigores del clima alpino.

Las manzanas de la Val di Non (como la Golden Delicious, y la Red Delicious) son un estilo de vida, así como el vino (y las grapas), que con el Trentodoc, teroldego, Marzemino, Gewurztraminer, Enantio, Müller Thurgau, Lagrein y muchos más, expresa todo lo mejor de la cultura y la economía de esta pequeña pero gran región.

Una degustación de mantequilla de malga y pasar a los canederli, un plato típico del Trentino hecho con pan, leche y huevos, los spatzle, otro tipo de ñoquis hechos con harina de trigo y alforfón, y los schultzkrapfen (o roffoi), medias lunas típicas del sur del Tirol, rellenas de espinacas, ricotta y patatas en la estación fría, cebollino en primavera.

Entre los segundos platos, elegid las clásicas salchichas de carne de vaca y ternera (batwurst) cocinadas a la parrilla o en caldo o en la cerveza, acompañado de un bollo de pan, que podéis encontrar en todas partes en la zona (brezel), y una guarnición de chucrut, sin olvidar el speck, el embutido más representativo de la zona, elaborado con pierna de cerdo salada, aromatizada y ahumada, y la luganega de Trentino, condimentada con ajo, sal y pimienta.

Probad también el fontal, el queso de leche de vaca marrón alpino y luego los postres. Si el tiempo acompaña, podéis relajaros con una copa de vin brulé-producto de la cultura centroeuropea, que se ha convertido en una tradición muy arraigada en la región, con vino tinto, azúcar y especias aromáticas- y pasear por los mercados, disfrutando de la bebida caliente y mordisqueando dulces típicos con especias, como strudel de manzana, estrellas de nieve, stanitzeln, lebkuchen.

A la descubierta del Valle Isarco entre Chiusa, Bressanone y Vipiteno.

A la descubierta del Valle Isarco entre Chiusa, Bressanone y Vipiteno.

Llegáis a la hermosa ciudad medieval de Vipiteno, el centro de la Wipptal, el Alto Valle Isarco, que se extiende hasta el Tirol del Norte. Os encontráis en la capital del yogur, conocido en Italia como más allá de los Alpes, junto con los demás productos de la lechería, la leche, la nata y la mantequilla, entre ellos el exquisito queso gris picante.

También os encontráis en el territorio de las hierbas de montaña, pacientemente transformadas en tés y especias de alta calidad, que debéis probar absolutamente, así como las sabrosas bebidas elaboradas con arándanos, fresas y bayas silvestres, y la miel, la más famosa de las cuales es la millefiori, elaborada principalmente con flores de manzano y flores silvestres.

En 40 kilómetros llegáis a Bressanone, la zona de vino más a Norte de Italia, que produce el Sylvaner, el Kerner, el Müller Thurgau, vinos blancos muy especiales, donde podéis degustar en autumno el “Suber”, vino dulce que no ha fermentado todavía, el “Nuien”, el vino nuevo, y el viejo, del año pasado.

Antes de volver, abastecete de boletus secos, algunos de los mejores del Valle de Isarco.

A 14 km más, se llega a Chiusa, donde se pueden degustar, en particular, castañas, strudel de ciruelas y albóndigas, también con ciruelas.

Platos típicos

Platos típicos

Canederli

No se pueden confundir estos ñoquis de pan, leche y huevos, sabrosísimos, con sabor a speck, jamón y queso, pertenecen a una antigua tradición (se dice que se conocen desde el siglo XIII). Si queréis probar a hacerlas, debéis ser hábil formando bolas de unos 8 cm con la masa, que echais en agua hirviendo y aderezas con caldo o mantequilla derretida y speck.

Strudel de manzanas

¿Sabía que "strudel" en alemán significa vórtice? Es ciertamente un torbellino de sabores este pastel, símbolo de la repostería del Tirol del Sur (pero también friulana y veneciana), con una larga historia que se remonta a Turquía, a la época del Imperio Otomano. No os perdáis esta delicia con su masa casi siempre rellena de manzanas, pasas sultanas ablandadas en ron, nueces o piñones, canela, azúcar y limón.

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