Chiusa

Dominada por la roca Sabiona, en cuya cumbre se encuentra el monasterio del mismo nombre habitado por monjas benedictinas de clausura, Klausen es una ciudad de marcado carácter medieval. El centro se caracteriza por un laberinto de calles pavimentadas con pórfido, enclavadas entre antiguos palacios. Dentro de los muros de un antiguo monasterio capuchino se encuentra el Museo cívico, que acoge exposiciones temporales de arte y conserva el tesoro de Loreto, una colección de obras de arte y objetos sagrados donados por la reina María Ana de España al sacerdote chiusa Gabriel Pontifeser, su confesor. No puede faltar la visita a la capilla del mismo nombre, consagrada en 1723, con su valioso retablo. La ciudad de Klausen fue amada por varios artistas, entre ellos Alberto Durero, que la inmortalizó desde arriba en una acuarela hoy perdida. Sigue sus pasos por la montaña de Tschan hasta la piedra que lleva su nombre.