En Val Gardena, donde tallar la madera es un arte
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Personajes del belén, pero también animales, objetos decorativos y muñecos: la talla de madera en Alto Adigio es un verdadero arte, que se ha transmitido durante generaciones gracias a la abundante oferta de madera de la región.
Los orígenes de la escultura de Alto Adigio
El primer tallista de Val Gardena del que se conserva la memoria fue Christian Trebinger, nacido hacia 1580. El artista realizó principalmente esculturas sagradas, como crucifijos y belenes, y su legado fue recogido por algunos de sus hijos, que también fueron talladores de marcos. Sin embargo, la familia Trebinger no era un caso aislado. En los mismos años, los Vinatzer se dedicaban principalmente a la escultura figurativa. Para admirar algunas obras especialmente representativas de ambas escuelas artísticas, visita el museo de Gherdëina, situado en Ortisei.
La muñeca Gröden, un éxito internacional
El trabajo de la madera era tan importante en el pasado que, en 1850, uno de cada dos habitantes de Val Gardena realizaba este trabajo, unas 2500 personas. Piezas muy codiciadas no solo en la región, sino también en el extranjero, donde se exportaban sobre todo juguetes. Entre las figuras más populares estaba la muñeca Gröden, también llamada muñeca holandesa, porque se enviaba a Estados Unidos desde los puertos holandeses. Era una muñeca muy sencilla, hecha completamente de madera. La cabeza y el torso estaban tallados en un solo bloque y eran fijos, mientras que los brazos y las piernas se movían mediante clavijas. Las muñecas se vendían sin ropa, y los niños debían confeccionarlas con retazos de tela.
Del diseño al producto final: cómo trabajan los escultores de madera
En algún momento fue necesario regular una producción tan variada. En 1872, se creó una escuela, la actual escuela profesional de artesanía artística e instituto artístico Cademia, para fomentar el antiguo arte de la talla en madera.
En relación al pasado, la producción actual ha cambiado mucho: antes se demandaban sobre todo figuras sagradas, mientras que ahora son las figuras de temática profana las que están de moda.
Lo que no ha cambiado es el enfoque del trabajo: a diferencia de los escultores, que realizan objetos ya existentes, el escultor de madera parte de un proyecto y da vida a algo que antes no existía. Una vez terminada, la obra se puede pintar, como era el caso de las caras de las muñecas, o enriquecida con dorados y otros elementos decorativos. Incluso la madera utilizada es siempre la misma y, por supuesto, solo procede de la región: castaño, nogal y pino cembro siguen siendo los más adecuados para su elaboración.
En Unika, la feria del arte de Ortisei
Hoy en día, los escultores de madera han disminuido mucho; en ello influye el colapso de la industria juguetera de Val Gardena tras la Primera Guerra Mundial, pero también el hecho de que la talla de madera se considera más un oficio que un arte.
Para proteger esta importante parte de la historia del lugar, en 1920 se fundó la primera asociación de exposiciones, que allanó el camino para la producción de piezas de arte originales. Este último es ahora el principal requisito para la admisión a Unika, la asociación que reúne a artistas, escultores ornamentales y pintores de barriles de Val Gardena. Puedes admirar su trabajo en exposiciones y eventos, especialmente en septiembre, cuando Ortisei acoge la tradicional feria del arte.
Si pasas por estos lugares, no pierdas la oportunidad de visitar un taller de madera. En el sitio web de Unika están todos los artistas miembros de la asociación, con sus datos de contacto y una selección de los objetos que han realizado.