Un viaje fascinante para descubrir el diseño sostenible en el Alto Adigio

Los proyectos arquitectónicos más grandes del mundo se sirven del mármol blanco de Lasa extraído en Val Venosta desde finales del siglo XIX. Hoy en día, la extracción es más sostenible que nunca, pues se realiza bajo tierra y todos los residuos se reutilizan mediante la impresión 3D para crear muebles y accesorios.

Hace siglos, los vecinos del Alto Adigio aprendieron a vivir en un territorio montañoso que ofrece pocos recursos, pero todos preciosos y utilizables de muchas maneras gracias al espíritu de adaptación, las habilidades artesanales y la armonía con la naturaleza. En la práctica, estamos hablando de las bases del enfoque sostenible.

Aquí, varios artesanos realizan objetos utilizando recursos locales y sostenibles. Como Beatrix Hohenegger, que en Curon graba huevos de ganso para hacer objetos decorativos, no solo de Pascua. O Erhard Paris, que en Val d'Ultimo utiliza materiales reciclados y sauce para hacer cestas, lámparas o bolsos, y enseña la técnica del trenzado a cualquiera que quiera aprenderla.

Otros artesanos trabajan la madera para fabricar objetos cotidianos, como platos y cuencos, así como piezas de arte y esculturas. Helga Lazzarino, por su parte, fabrica prendas de esquí con Appleskin, un material derivado de los residuos del procesamiento de manzanas del Alto Adigio.

Para quienes viven en las montañas, la regla de reutilizar en lugar de tirar, hoy llamada «up-cycling», no es una novedad. Dar vida a lo que ya se ha producido en lugar de desecharlo para comprar algo nuevo es una práctica conocida que hoy en día es más urgente que nunca y que aquí se convierte en todo un arte.

En Sesto Pusteria hay quienes trabajan con residuos de otras producciones (cáñamo, cerveza, café o tabaco) para hacer muebles: por ejemplo, Johannes Kiniger con su marca High Society. Jasmin Castagnaro, en cambio, en Bressanone, recicla las hojas caídas en otoño para hacer lámparas y mesitas auxiliares. El proyecto se llama Laab, que en el dialecto local se refiere a las propias hojas. Por último, con los residuos, el músico Max Castlunger fabrica instrumentos musicales en Val Badia. En las manos de Joachim Premstaller y Marco Vedovelli, las telas de los antiguos trajes tradicionales se transforman en bolsos.

Si bien no todo se puede producir localmente, siempre se puede prestar atención al origen de las materias primas utilizadas en las producciones locales de ropa sostenible elaborada con algodón orgánico, bambú y textiles reciclados.

Es lo que hace la marca Re-Bello, fundada en 2012 por Daniel Tocca, Emanuele Bacchin y Daniel Sperandio, utilizando algodón orgánico, eucalipto, bambú, madera de haya, nailon regenerado y lana reciclada. Por su parte, Elisabeth Tocca lleva haciendo lo mismo desde 2014, ofreciendo ropa sostenible para bebés y niños, además de una línea de yoga. Sigrid Regensberger, en Brunico, también ha incorporado la inclusión social en su proyecto de producción artesanal de moda femenina, mientras que Norbert Öttl es un carpintero que solo produce objetos biodegradables con madera local.

La arquitectura del Alto Adigio también se centra en la sostenibilidad y la armonía con el paisaje y recibe premio tras premio. noa* network of architecture ha obtenido la Mención de Honor en el Premio Internacional de Arquitectura Sostenible por Ötzi Peak 3251 m, una plataforma panorámica sobre el glaciar Val Senales.

También ha recibido varios premios CiAsa Aqua Bad Cortina, un biohotel diseñado por Pedevilla Architects en S. Vigilio di Marebbe, rodeado por los Dolomitas de Val Badia. Pur Südtirol, firmado por Harry Thaler en Bressanone, ha ganado el German Design Award 2021 en la categoría Eco Design: se trata de un establecimiento de productos locales completamente construido y amueblado de acuerdo con principios ecológicos.

El diseño sostenible en el Alto Adigio se convierte en un arte más allá de la forma, un ejemplo de amor por la belleza y las cosas bien hechas, que destila «made in Italy» por los cuatro costados.