Alto Adigio, enoturismo: la ruta del vino
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16 municipios, 70 bodegas, 150 kilómetros. Es la ruta del vino, una de las más antiguas de Italia. La fascinante ruta gastronómica y vinícola serpentea entre los exuberantes viñedos del Alto Adigio, desde Nalles hasta Salorno.
Paseando por sus insólitas vistas de increíbles colores, visitarás un territorio rico de historia, cultura y relax, degustando naturalmente los mejores vinos y manjares locales.
Vino y arquitectura: el paseo de los tres castillos
A lo largo de la ruta del vino podrás admirar una fusión de estilos. Construcciones que mezclan elementos góticos y renacentistas. Es el típico "estilo Oltradige", visible en los numerosos castillos que dominan el valle y los pintorescos pueblos con edificios almenados. Parteluces, portales ornamentados y ventanales florecidos te animarán a dar un paseo mirando hacia arriba.
En medio de los viñedos que pueblan las laderas de los alrededores, brotan 180 fortalezas, ruinas y casas solariegas que dan testimonio de antiguas familias nobles.
Si sigues la ruta conocida como el paseo de los tres castillos, te encontrarás primero con el majestuoso castillo de Appiano, uno de los más importantes de la región, que se eleva imponente sobre una escarpada pared rocosa, después con el castillo Boymont, un edificio rectangular con atípicas líneas rectas y, por último, con el castillo Corba, con su torre del homenaje cuadrangular.
El fotogénico castillo de Salorno, también llamado Haderburg, debido a que está encaramado en un peñasco en la Baja Atesina, en la frontera con Trentino.
Además de estas residencias históricas, también conocerás las que originalmente eran modestas casas de labranza, transformadas con el tiempo en casas señoriales con patios internos, ventanas arqueadas y escaleras exteriores.
La tradición se funde con la contemporaneidad gracias a la elección de los diseñadores locales por preservar el auténtico carácter de la zona vinícola y combinarlo con un nuevo lenguaje arquitectónico, realizado con materiales sostenibles y el uso de tecnologías de vanguardia.
Diversión y aventura: excursiones de exploración
La ruta del vino es el destino ideal si decides hacer un viaje en familia. Puedes optar por realizar numerosas excursiones, como la del desfiladero de Rastenbach, que ofrece hermosas vistas panorámicas del lago de Kaltern y de los viñedos circundantes, y se caracteriza por sus pequeñas cascadas, laderas sombreadas, arroyos y árboles cubiertos de hiedra.
También puedes visitar los agujeros de hielo, un espacio natural protegido a los pies del monte Ganda, que te recibirá con un clima especial, fresco incluso en verano. Si, por el contrario, quieres aprovechar los lagos para darte un chapuzón, tienes mucho donde elegir. La zona alberga los lagos de baño más cálidos del Alto Adigio.
Para los amantes de las motos, también existe la posibilidad de organizar excursiones sobre dos ruedas y recorrer las cómodas ciclovías, como la "Via Claudia Augusta", que serpentea a lo largo del río Adigio, entre viñedos y manzanares.
Por último, los parques de atracciones y los museos: a los niños les encantará descubrir cómo vivía Ötzi, la momia del hielo, un hombre prehistórico cuya historia se cuenta en el museo de arqueología de Alto Adigio.
Arte culinario: casi todo a kilómetro cero
Tu recorrido por la ruta del vino solo puede terminar con una degustación de los productos gastronómicos locales. La oferta es realmente variada: los platos alpinos recogen influencias mediterráneas, con resultados muy particulares.
En las históricas bodegas, en las típicas posadas "Gasthaus", en los modernos restaurantes o en las tabernas de los castillos, podrás deleitarte no solo con las especialidades de Alto Adigio, a base de espárragos, ajos de oso, verduras de temporada y castañas, todo ello preparado con ingredientes de kilómetro cero. Pero puedes acompañar cada plato con un buen vino, ante todo Pinot Noir.