Resumen
Desde la Capannina abierta en 1929 hasta hoy, la historia contemporánea de Forte ha estado marcada por clubes nocturnos, discografías históricas de éxito (Édith Piaf, Ray Charles, Peppino di Capri, Gloria Gaynor) y exposiciones culturales, en primer lugar la Versiliana, que tiene su sede en la vecina Pietrasanta. Aquí principalmente hay bosques de pinos, hoteles, discotecas y establecimientos de baño incluso para los más pequeños con el proverbial patito de goma. La playa desciende lentamente, y hay que caminar mucho tiempo antes de dejar de tocar fondo, aunque no por ello Forte dei Marmi es hija de un dios menor.
Para los turistas pedantes que siempre buscan la cultura histórica, los lugares que no deben perderse son el fuerte en sí, que se conoce coloquialmente como «il Fortino», construido en 1778 por el gran duque de Toscana, Pedro Leopoldo I de Lorena, a semejanza de los de Marina di Bibbona y Marina di Castagneto, para proteger el embarque del mármol de los Apuanos y promover el asentamiento en el territorio, y el muelle, que desde el centro de la ciudad se adentra en el mar a lo largo de unos trescientos metros, y que constituye quizás el verdadero tramo decisivo de Forte. Pasear por allí es cumplir con el proyecto mármol-playa-vida que el lugar acierta a proponer.
