Marettimo: mar y senderismo en un oasis virgen
La más occidental de las islas Egadas, Marettimo, es una isla salvaje y montañosa cubierta de espesa maleza, donde el impacto del ser humano ha sido escaso.
Cuenta con yacimientos arqueológicos, un fuerte español, multitud de cuevas marinas, rutas de senderismo y unas cuantas playas a las que se puede acceder por tierra, donde el color del mar es asombroso.
Marettimo no tiene hoteles, sino habitaciones en casas de los residentes con una hospitalidad puramente isleña.
Historia, arqueología y emigración
Marettimo te da la bienvenida a un puerto deportivo de aguas turquesas y casas blancas. El nombre no tiene nada que ver con el mar o la marinería, la etimología se refiere más bien a la planta de tomillo que crece de forma silvestre aquí.
Para descubrir la isla y sus habitantes, visita el Museo del mar, actividades y tradiciones marítimas y emigración, que se encuentra en el centro del pueblo y es gestionado por una asociación local. En esas vitrinas, entre herramientas marineras y viejas fotos de emigrantes con maletas de cartón, está la memoria histórica de una comunidad que tuvo que abandonar la isla para ir a trabajar a varios países del mundo y que intenta proteger una identidad.
Por encima del pueblo, a lo largo de la chimenea que sube a la montaña, se encuentra un pequeño yacimiento arqueológico llamado casas romanas, con los restos de un edificio de la época tardorrepublicana: tras derrotar a los cartagineses en la Primera Guerra Púnica mediante la Batalla de las Islas Égadas (241 a. C.), Roma hizo de Marettimo su cuartel e instaló una guarnición en la isla, por lo que no es de extrañar que se encuentren artefactos romanos en esta remota franja de tierra. Junto a las casas romanas, encontramos una pequeña capilla bizantina que data del siglo XI.
Las 400 cuevas de Marettimo
En el puerto, embarcarás para visitar las cuevas de Marettimo, uno de los platos fuertes de la isla. En total, hay unas 400, todas diferentes en forma, color, tamaño y características. En la cueva del Camello hay una pequeña playa de guijarros; la cueva del Nacimiento tiene estalactitas y estalagmitas; y la cueva del Bombardero se llama así por el siseo que se crea en su interior durante los temporales de mar, etc.
En función de dónde sople el viento, Marettimo tiene siempre una ladera resguardada donde se puede disfrutar del mar y del aire perfumado de tomillo.
En las rutas de senderismo con vistas al mar
Trae también tus botas de senderismo si vas a Marettimo, pues la isla presenta varios senderos forestales bien señalizados para explorar su naturaleza virgen. Hay al menos 6 rutas, algunas muy fáciles, otras un poco más exigentes, que, desde el puerto, permiten llegar a los puntos más remotos de la isla.
En Punta Troia, en la península que se ve desde el puerto, se tarda 1 hora y 30 minutos por un sendero que consta de tramos que sobresalen del mar, donde se va para ver el fuerte español, que posteriormente se utilizó como una dura prisión, y que recientemente se ha recuperado y está abierto a las visitas.
Al día siguiente, desearás ir a cala Bianca, en el lado occidental; al volver, puedes pasar por Pizzo Falcone, a 686 metros, el punto más alto de la isla. Entre bosques de pinos carrascos, matorrales típicos mediterráneos y muchas especies endémicas, verá cómo muchas aves, e incluso rapaces, han decidido hacer sus nidos en Marettimo.