Novara di Sicilia

Existe una misteriosa leyenda relacionada con el nacimiento de Novara di Sicilia: se dice que la zona estaba originalmente habitada por cíclopes y que sólo más tarde se desarrolló el pueblo por voluntad de los sarracenos, que construyeron allí un castillo. Hoy en día, sólo quedan las ruinas del castillo, que dominan el paisaje circundante. Lo que no ha cambiado es la vista desde este balcón natural, desde donde en un día claro se pueden ver las Islas Eolias. Merece la pena ver dos iglesias muy diferentes en el pueblo: por un lado, la Catedral de Santa Maria Assunta, emblema del arte local, de estilo renacentista, majestuosa, rica; por otro, la pequeña Iglesia de San Francesco, esencial, el edificio sagrado más antiguo del pueblo. Pero Novara es también una ciudad de tradiciones, como el antiguo Torneo della Maiorchina, un juego de habilidad cuyo protagonista es... ¡el queso local del mismo nombre!