Resumen
No hace falta ser una gran ciudad para apreciar la historia, las tradiciones, el arte y la cultura del pasado, y San Pietro Avellana es una prueba de ello. En el corazón de una zona de gran belleza y naturaleza incontaminada, este pequeño pueblo, de la provincia de Isernia, contiene fascinantes tesoros de arte y arquitectura. Por ejemplo, la iglesia parroquial de S.S. Apóstoles Pedro y Pablo, la ermita de Sant'Amico inmersa en el bosque del mismo nombre, las murallas ciclópeas de la época samnita. También está el observatorio astronómico Leopoldo del Re y el planetario que reproduce la bóveda celeste con 20.000 cuerpos siderales. Pero San Pietro Avellana es también la cuna de una excelente gastronomía, con la preciada trufa blanca, y el lugar donde han permanecido vivas antiguas costumbres artesanales, como el tejido, gracias al cual, con gestos y métodos antiguos, se confeccionan espléndidas mantas de mil colores.
No te pierdas el Museo de la Trufa y el Museo del Alto Molise.
