Resumen
A la altura en importancia territorial y religiosa de la catedral de Termoli, la basílica concatedral de S. Pardo es el monumento más conocido y reconocible del centro histórico de Larino, encaramada en una colina entre olivares y viñedos.
Francesco Petrini di Lanciano, el principal representante del gótico en tierras de los Abruzos y Molise, fue el arquitecto artífice de la actual portada, que se remonta a 1319 y está decorada con refinadas composiciones escultóricas de inspiración bíblica. El asombro ante tanta riqueza decorativa continúa también en el interior de la basílica, entre frescos, lienzos, tabernáculos y altares de diferentes épocas, que hacen de San Pardo un lugar único de arte y arquitectura en Molise.
Pero, ¿quién era el Pardo al que está dedicada la iglesia, patrón de Larino? Se trataba de un obispo de origen griego, y quien se acerque a Larino los días 25, 26 y 27 de mayo de cada año podrá celebrar junto a una gran multitud de vecinos la fiesta patronal. Carros tirados por bueyes, suntuosamente pintados y adornados con flores de colores, atraviesan la ciudad entre representaciones y tradiciones populares, a la espera de que las descubras.
