Catedral de Santa María Assunta y Santa Giustina
La primera parada es Piacenza , con la catedral y el Museo Kronos, que incluye (también de forma separada) la subida al cúpula: 160 escalones hasta la meta, entre caminos medievales, escaleras de caracol y techos. Destacan las continuas vistas de la ciudad y el interior de la iglesia. La última parada es la obra maestra de Giovanni Francesco Barbieri, llamado Guercino, entre 1626 y 1627.
Basílica de Santa María de Campagna
Esta basílica es una verdadera joya del Renacimiento, que se inscribe perfectamente en el contexto del centro histórico. No siempre está permitido subir a la cúpula, pero el interior está adornado con importantes frescos de Giovanni Antonio Sacchi, llamado Pordenone, que trabajó allí desde 1528 hasta 1539.
Baptisterio de Parma
El segundo día de tour, visitaremos Parma y su Baptisterio, con una cúpula dividida en 16 segmentos y pintada al temple por artesanos bizantinos. No te pierdas los cuadros de Antonio Allegri, llamado Correggio, en la Camera di San Paolo, dentro del piso privado de Giovanna da Piacenza, abadesa del monasterio benedictino de San Paolo. Aquí, en 1519, el pintor utilizó una idea innovadora, retomada en parte por Mantegna: una pérgola de la que aparecen putti y figuras alegóricas.
Basílica de San Juan Evangelista
En Parma, la cúpula de la basílica de San Juan Evangelista forma parte del complejo monástico, con el convento y la farmacia histórica de San Juan, que representa a Cristo rodeado de 11 apóstoles con el anciano Juan, protagonista de la visión, en la base. Correggio muestra gran habilidad en el manejo de figuras en escorzo, con arquitectura de nubes.
Catedral de Parma
La cúpula de frescos de Correggio, en la catedral de Parma, data del 1524-1530 y está situada sobre el altar mayor. Representa la Asunción de la Virgen con un lenguaje muy innovador para la época, utilizando perspectivas audaces y escorzos que narran el paso de la tierra al cielo, en un vórtice de putti, santos, nubes y luz.
Basílica de la Santísima Virgen de Ghiara
En Reggio Emilia, recomendamos el Templo de la Santísima Virgen de la Ghiara, erigido tras un prodigioso milagro. En la decoración participó un grupo de artistas emilianos de la primera mitad del siglo XVII: Ludovico Carracci, Gian Francesco Barbieri, llamado Guercino, Lionello Spada y Alessandro Tiarini. La cúpula fue pintada al fresco en el siglo XVII por Lionello Spada, alumno de los Carracci, que demostró su habilidad en el arte de la perspectiva. Dentro de la iglesia se encuentra también una Crucifixión de Guercino, su principal obra tras regresar de Roma.