Amalfi, reina de la Costa Amalfitana
Su paisaje de extraordinaria belleza ha hecho famosa a Amalfi en todo el mundo.
Las imponentes montañas que la rodean sobresalen del mar turquesa, con un poderoso efecto paisajístico.
Es la reina de la Costa Amalfitana, que adopta su nombre: ese sector de costa tirrena ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
Aquí, además de un mar fabuloso, te esperan valiosos testimonios históricos, un pintoresco pueblo y una naturaleza embriagadora.
Elige tu playa
Amalfi ofrece la posibilidad de pasar días de relax junto al mar, siempre inmersos en un hermoso paisaje.
La playa más accesible es la de Marina Grande, en el pueblo. Se caracteriza por ser de arena y guijarros. Está bien equipada, llena de lidos, bares y restaurantes. Muy cómoda, y por ello a menudo abarrotada en temporada alta, es adecuada para familias con niños, y también es de fácil acceso para las personas mayores.
Por el contrario, la playa del Duoglio es adecuada para aquellas personas a las que les gusta encontrarse en lugares más aislados. Llegar a ella ya es una experiencia, siguiendo un camino verde y un tramo de 400 escalones que conducen a una cala que tiene un agua perfecta.
También se puede llegar hasta ahí en pequeñas embarcaciones que parten del muelle de Amalfi. Si quieres tomar el sol, ve por la mañana temprano, porque por la tarde la cala queda a la sombra.
Si tienes barco, no te pierdas la playa de Santa Croce, a la que sólo se puede llegar por mar.
Una pausa en el verde
Después de relajarte junto al mar, explora el interior de la zona subiendo a las montañas. El itinerario recomendado es la Reserva Natural del Valle delle Ferriere, un paseo fácil de unas tres horas.
Pasando por bosques y junto a arroyos, encontrarás las ruinas de la ferrería que abastecía de hierro a la República Marítima de Amalfi y que da nombre al valle.
Aquí se disfruta de paz, lejos de multitudes, entre cascadas y los antiguos molinos que se utilizaban para la fabricación del famoso papel de Amalfi. En esta excursión, puedes visitar el plácido pueblo de Pogerola, en la colina del Monte Falconello, para disfrutar de unas buenas vistas desde allí arriba.
En el corazón de la ciudad
Amalfi fue una floreciente república marítima desde el siglo IX hasta el XI, basada en el comercio en el mar Tirreno hacia los mercados orientales.
Su historia la cuenta la propia estructura de la ciudad encaramada en la montaña, que te recordará mucho a un zoco. Las casas se concentran en grupos, muy cerca unas de otras y conectadas por un laberinto de callejones y escaleras.
Explora ese laberinto y luego dirígete a su principal maravilla arquitectónica: la Catedral de San Andrés Apóstol, en el centro, dominando la plaza del Duomo con su imponente escalinata. De diseño románico y reconstruida varias veces a lo largo de los siglos, hoy llama la atención por su fachada de estilo neomorisco o árabe-siciliano, de la que es un ejemplo sublime. El interior conduce al Claustro del Paraíso, un lugar de paz rodeado por una galería con arcos de influencia morisca.
Algunos incluso se casan aquí
Por su ubicación inigualable y su entorno de cuento de hadas, Amalfi atrae cada vez más a parejas, incluso del extranjero, que la eligen para celebrar su boda.
El municipio ofrece tres lugares para las ceremonias civiles. El Salón Morelli situado en la Casa Municipal, el Arsenal de la República con su majestuosa estructura medieval y el antiguo Convento de los Capuchinos.
Los no residentes también pueden celebrar el rito en la Catedral de San Andrés Apóstol. Los hoteles de lujo, los jardines y la excelente comida son el telón de fondo de una recepción memorable.
5 experiencias en Amalfi entre vistas y sabor
- Puedes llegar a la Gruta Esmeralda en ascensor o en pequeñas embarcaciones. La cavidad kárstica tiene estalactitas y estalagmitas, pero es el color del mar el que dirige el espectáculo: un color esmeralda que juega con los los rayos que se filtran por la fisura de entrada, reflejándolos en mil matices. En el fondo del mar hay un belén submarino, al que los buceadores rinden homenaje en las principales fiestas religiosas.
- Al atardecer, una vez terminada la jornada, sube al punto más alto de la ciudad de Amalfi, junto al cementerio. Sólo puedes llegar allí a pie, subiendo por las escaleras y callejones del casco antiguo. El panorama de luces, reflejos del mar y casas antiguas es incomparable.
- Cuando la playa de Marina Grande se vacía al atardecer, regálate un aperitivo en las terrazas de los bares, deliciosos salones junto al mar.
- El Sfusato Amalfinato es el limón típico de Amalfi, con su forma cónica y su pulpa jugosa y fragante. Tómate un limoncello tras la comida, prueba una de las muchas delicias de pastelería de las que es el ingrediente básico, y un helado de limón y chocolate en los puestos callejeros.
- Un plato de pasta es la mejor manera de apreciar los sabores de Amalfi: scialatielli de marisco, paccheri al limón o un simple scarpariello; aquí el tomate y la albahaca tienen un sabor único.