Donde el agua del rito bautismal brota de un manantial y en la noche de Pascua...
A lo largo de la carretera de Padula a Sala Consilina, se puede ver una rara casita con algunas partes de ladrillo y otras de piedra tosca. Hay algunos arcos exteriores, restos de una estructura deteriorada por el tiempo, algunos contrafuertes e incluso un velo en el tejado, que parece haber albergado una campana. No es una casa pequeña entonces, sino una pequeña Iglesia. Una vez dentro, se revela su naturaleza, en el centro de la sala delimitada por arcadas, hay una pila bautismal y un poco más atrás un altar. La pequeña joya en la que nos encontramos no es otra que el Baptisterio de San Giovanni in Fonte.
Por qué es especial
En el exterior del baptisterio hay otra característica inusual: un canalón que saca de la pila bautismal del interior agua clara y fresca. Peculiar, ciertamente, pero este no es el verdadero elemento sorprendente de este lugar, hay otro, de hecho, que lo hace casi único entre los edificios de su tipo. Normalmente, una pila bautismal se llena artificialmente, pero esta no. Esta se alimenta directamente de un manantial que fluye aquí mismo. Esto explica por qué el altar está tan alto: al tratarse de un manantial natural, a veces el nivel del agua sube demasiado, y hubo que proteger el altar elevándolo. Lógico, ¿no?
No hay que perderse
Los reflejos del agua en el interior del baptisterio, junto con los pocos frescos que quedan en las paredes, crean una atmósfera encantadora de la que es difícil separarse, pero merece la pena salir al exterior para encontrar las huellas de un pasado aún más remoto. En las paredes y en el suelo circundante se han encontrado inscripciones que indican enterramientos de la época romana.
Un poco de historia
Son precisamente estas tumbas las que atestiguan que el Baptisterio de San Giovanni in Fonte se levanta en el lugar en el que se encontraba un templo pagano, alrededor del cual se enterraban muchas personas. El baptisterio data del siglo IV d.C. y es uno de los más antiguos que existen en la actualidad. Recibió su nombre actual gracias a los monjes benedictinos, muy activos en la zona durante la Edad Media. En épocas posteriores se añadió una capilla al baptisterio propiamente dicho, que conserva restos de frescos bizantinos, aunque gran parte de la decoración se desprendió y se llevó a la Certosa di Padula.
Curiosidades
Si la presencia de una fuente real es sorprendente, aún lo es más su comportamiento en una época precisa del año: parece que durante muchos años, siempre en la noche de Pascua, momento preferido para los bautizos, la fuente se rellenaba de agua, superando con creces su nivel habitual, como si respondiera a la llamada del ritual. Un milagro que atrajo a peregrinos de toda la zona.