Gerace

Bandera Naranja del Touring Club Italiano

Desde Gerace, enclavado en un acantilado en una posición dominante, se pueden admirar la costa por un lado y las montañas por el otro. Según la leyenda, siguiendo a un gavilán («hiérax» en griego, de ahí el nombre del pueblo) los refugiados de Locri llegaron a este acantilado y fundaron la ciudad.

Hoy en día, el pueblo se divide en varios núcleos: centro histórico, Piana, Borghetto y Borgo Maggiore. Puedes descubrirlos todos caminando tranquilamente y perdiéndote entre sus característicos callejones estrechos. El pueblo se caracteriza por sus numerosas y preciosas iglesias (bajo los normandos se conocía como la «ciudad de las 100 iglesias» puesto que se habían construido en gran número), entre las que destacan la catedral, una de las más importantes del sur y la más grande de Calabria, consagrada en 1045 y enriquecida con el Museo Diocesano, la iglesia convento de San Francisco de Asís de estilo gótico, la iglesia grecoortodoxa de San Giovannello, considerada la iglesia ortodoxa más antigua de Italia y la iglesia de Santa María del Mastro, también antiquísima (1084).

También merece la pena visitar el mirador Bombarde, la barroca Porta del Sole, a través de la cual se llega al verdadero corazón de Gerace, y la Piazza del Tocco, en la que confluyen siete calles y donde se encuentra el Palazzo Grimaldi-Serra, sede del ayuntamiento. Por último, el borde de un barranco se encuentran los restos del antiguo castillo normando del siglo XI.

En lo que respecta a la gastronomía, se recomienda probar la pasta con berenjenas «mbuttunate», condimentada con aceite de oliva «grossa», y el Greco, un vino dulce y licoroso que se bebe con miel e higos y que es señal de hospitalidad. En julio, el pueblo cobra vida al albergar Il Borgo Encantato, un festival internacional de arte callejero.