Corigliano se encuentra en una pequeña loma rodeada de olivares y huertos de cítricos de vivos colores, al sur protegida por el imponente macizo de Silan y al este por las aguas turquesas del mar Jónico. El clima mediterráneo ofrece una temperatura óptima durante todo el año. Su pasado es rico en importantes acontecimientos históricos, y fue aquí donde nació Carlos III, rey de Nápoles en ejercicio hacia finales del siglo XII. El Castillo Ducal, construido en 1073, recientemente restaurado para devolverle su antiguo esplendor, es una visita obligada para los visitantes. Atravesar el centro histórico, con sus callejuelas, antiguas mansiones y lugares de culto religioso, es increíblemente fascinante.
El Castillo Ducal
El Castillo Ducal de Corigliano domina la entrada sur de la llanura de Sibari desde hace casi siete siglos; los normandos, en sus campañas de conquista de Calabria y Sicilia, construyeron una primitiva fortaleza para defender la ciudad y poder controlar la llanura situada más abajo. Aunque las obras de renovación (a partir de 1490) borraron casi por completo todo rastro de este edificio fortificado, aún es visible en las piedras estratificadas del castillo, la sucesión de habitantes, los cambios de estilo y la lenta transformación de fortaleza militar a residencia. Alberga la Biblioteca de la Magna Grecia, el Museo de la Imagen y el Salón de los Espejos, así como una tienda de productos locales. También son muy interesantes los prismáticos que apuntan a la llanura de Sibari y que, gracias a la tecnología, pueden viajar por el espacio y el tiempo, así como el telescopio situado en lo alto del macho, que con un software mostrará el cielo actual y el de 510 a. C., cuando la antigua Sibari fue destruida.
Marina di Schiavonea
Cerca de la zona urbana, se encuentra Marina di Corigliano (Schiavonea), un lugar maravilloso, donde podrás dejarte acariciar por las aguas cristalinas bajo el sol del verano, y ser agasajado por sus gentes ricas en hospitalidad y tradiciones. Schiavonea está abrazada por los montes Pollino y Sila, y debilitada por el olor a azahar donde se cultivan las famosas clementinas. Su ubicación y clima permiten pasar las vacaciones todo el año. En verano, el calor abrasador se atempera con el frescor de las montañas circundantes y las aguas de su mar, mientras que en invierno podrás saborear los productos típicos locales ya sea de mar que de montaña. Con un hermoso paseo marítimo, donde se pueden encontrar diversas atracciones aptas para todas las edades, después de Gioia Tauro, Schiavonea es el mayor puerto de Calabria.
También ofrece un bonito centro histórico, típico de los pueblos costeros, con callejuelas estrechas que fluyen todas hacia el mar o las placitas del puerto deportivo. La iglesia de Santa Maria ad Nives se erigió sobre la antigua iglesia de San Leonardo, que existía en la zona desde el siglo XVII. Hoy en día, esta iglesia ha sido flanqueada por otra de nuevo diseño, construida en la década de 2000, ésta mucho más grande que la primera, que ahora no solo está dedicada a San Leonardo, sino que también alberga a la Virgen Negra de Schiavonea. Schiavonea es el punto de partida hacia lugares famosos de la historia greco-romana, como los yacimientos bizantinos y normandos; desde aquí se pueden visitar las excavaciones de Sibari y el museo contiguo; Corigliano Calabro con su imponente Castillo Ducal; Rossano, la ciudad bizantina con su museo que alberga el Codex Purpureo; y también la ciudad del regaliz Amarelli.
La gastronomía de Corigliano
Corigliano Calabro ha sido incluida entre las ciudades italianas de los sabores, su clima permite la producción masiva de naranjas y clementinas, así como de aceite de oliva y vino. La cocina coriglesa es sencilla pero de sabor intenso y muy inventiva. Los ingredientes más comunes son las verduras y las legumbres, acompañadas de pasta u otras harinas. Uno de los grandes protagonistas de la cocina local es el pescado, de excelente calidad y capturado en grandes cantidades por los pescadores locales.
A lo largo del año se celebran numerosas fiestas y festivales en los que se pueden degustar todos los platos típicos, empezando por la Fiesta del pescado azul, que se celebra en Schiavonea a principios de agosto y en la que se pueden degustar especialidades locales, desde pescado frito hasta platos más elaborados. Un primer plato que puede encontrarse en la típica mesa corigliana son los tallarines con garbanzos, que deben saborearse sin antes probar uno de los muchos embutidos típicos, como la soppressata, la salchicha de montaña y el capocollo. Otro plato típico es"a pasta chjna" (lasaña al horno), que se come con embutidos locales y un excelente vino tinto casero.
En verano, se puede disfrutar de las famosas "lumincian chjine" (berenjenas rellenas) y "a pitta chjna" y "ri gurpinella"(focaccia dulce rellena y albóndigas rellenas de mermelada, pasas sultanas y nueces).
En la noche de la víspera de Santa Lucía, el 13 de diciembre, es costumbre llevar a la mesa "trìrice cose", es decir, 13 tipos de fruta, entre las que, según la tradición, no deben faltar " a murtìlle, i melle e ri pizzingàngule" (el arándano, el níspero y el madroño). Una historia marcada por las tradiciones transmitidas a lo largo de los siglos.