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Girifalco

Resumen

Girifalco es un pueblo de más de cinco mil habitantes situado en las laderas del monte Covello. Por su ubicación, en el centro del istmo y en una zona rica en recursos hídricos, ha conocido la presencia de núcleos habitados desde el Neolítico. Los orígenes del nombre, de etimología incierta, se remontan a la vuelta de los halcones entrenados en la caza y el control del territorio en la época medieval. La actual Girifalco debe su fundación a la llegada de comunidades que huían de Toco y Caria, núcleos habitados sitiados por los sarracenos en el año 836 d. C. Los devastadores terremotos del siglo XVII cambiaron el aspecto del pueblo, corazón del feudo de la duquesa de Girifalco Virginia Ravaschieri, que luego pasó a los Caracciolo para ser reconstruido más abajo en la zona de la fuente barroca. Encargada por el jefe del consejo de la Universitas de Girifalco, Carlo Pacino, que da nombre a la espléndida obra de piedra caliza, octogonal en el exterior y circular en el interior, también se la conoce como la «Fontana del diavolo (Fuente del diablo)». La razón de esta atribución es que un día de 1663, la fuente se apareció de repente a los campesinos que, tras haber salido al campo al amanecer, a su regreso al atardecer se encontraron frente a la fuente, de la que no había rastro por la mañana. De hecho, la razón de esta rápida ejecución radica enteramente en la habilidad de los canteros locales que, tras haber preparado los diferentes módulos en lo que aún se denomina la cueva de los canteros, situada cerca del acantilado rocoso de la Pietra dei Monaci, los colocaron y montaron hábilmente en la plaza en tan sólo unas horas. La obra se encuentra junto a la iglesia de S. Rocco, antiguamente dedicada a san Miguel Arcángel, a quien se dedica una capilla. El terremoto del 28 de marzo de 1783, un violento temblor de magnitud 7,0 que tuvo como epicentro precisamente Borgia y Girifalco, devastó aún más la parte más antigua de la ciudad. También se destruyó la antigua iglesia matriz de la Madonna delle Nevi, reconstruida posteriormente en 1789 en el emplazamiento de la capilla del convento dominico, cuyas ruinas aún son evidentes. Hay que ver la entrada del palacio ducal, la Cannaletta, una bonita fuente de seis canales, y el jardín botánico.

En Girifalco trabaja un joven artesano-diseñador textil, Rocco Vitaliano, que toma antiguos hilos naturales calabreses y los convierte en tejidos sostenibles e identitarios, al utilizar seda y lino hilados a mano y, por encargo, también prendas con fibra de retama. La visita a su taller es muy recomendable.

Girifalco

88024 Girifalco CZ, Italia

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