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Siracusa

Resumen

Situada en una de las calas más bellas del Mediterráneo, Siracusa es una ciudad vital y dinámica, que se muestra a la altura de su grandioso pasado, hasta el punto de merecer, en 2005, la inscripción en el Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La visita a Siracusa es un viaje en el tiempo y para descubrir la maravillosa belleza del entorno natural en el que se encuentra la ciudad. Siracusa fue el lugar de nacimiento de prestigiosas personalidades de la historia cultural y artística del Mediterráneo y es muy fértil desde el punto de vista intelectual incluso en nuestros días. Los testimonios arqueológicos confirman la presencia humana en la isla de Ortigia ya en el siglo XIV a. C., pero la construcción urbana se remonta al siglo VIII a. C., con la fundación de la colonia griega de Siracusa. El crecimiento político y económico de la ciudad entre los siglos VI y IV a. C. determina un aumento en el número de habitantes y la expansión de la ciudad más allá de las murallas originales. Al hacerse demasiado extensa para ser oportunamente defendida, Siracusa sufrió incursiones enemigas desde el interior y fue asediada por los atenienses (416-13 a. C.). La guerra contra Cartago, en el año 405 a. C., cedió la ciudad a Dionisio I, que se vio obligado a realizar grandes obras de fortificación, a alejar a la población de Ortigia y a transformar la isla en una fortaleza con fines militares. La muerte de Dionisio, que tuvo lugar en torno a mediados del siglo IV, provocó el inicio de un largo periodo de transición, que llevó en el año 212 a. C. a la derrota y al saqueo de la ciudad por parte de los romanos. Desde los primeros siglos del imperio se había ido difundiendo el cristianismo, y en el siglo III comenzaron a nacer los primeros edificios de culto paleocristiano. Después de un largo asedio, en 878 la ciudad fue tomada y devastada por los árabes, quienes dejaron una fuerte huella urbanística de su presencia. Al expulsar definitivamente a los árabes de la isla, los normandos llevaron a cabo la obra iniciada por los bizantinos con la renovación de las antiguas fortificaciones. Del gobierno aragonés, Siracusa obtuvo considerables beneficios económicos, que dejaron su impronta con la construcción de las murallas que rodean la isla y de numerosos palacios. El dramático terremoto que tuvo lugar en 1693 fue determinante para la historia de la ciudad, no porque provocase daños irreparables, sino porque sirvió de impulso para una «remodelación» de estilo barroco, que dio a la ciudad un nuevo rostro, con un aspecto del siglo XVIII, en sustitución de la antigua identidad. Fueron relevantes, además, desde el punto de vista urbanístico, las intervenciones de la época fascista, entre las que destaca la construcción de via del Littorio, el actual corso Matteotti. Sin embargo, con la expansión económica de los años cincuenta y sesenta se inició el periodo de contaminación y convivencia, no siempre fácil y rentable, con los grandes complejos industriales. La sucesión de todos estos acontecimientos importantes, y a menudo incluso traumáticos, ha desencadenado un mecanismo de fascinante superposición, en forma de integración armoniosa.

Siracusa

96100 Siracusa SR, Italia

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